Dulce espera... y poco espacio...

Ya se va acercando la fecha. Dani y yo estamos cada vez más emocionados. Tendríais que verle.
Ayer estuvimos ultimando algunas cosas en casa, haciendo hueco, y deliverando dónde irá cada "artículo de primera necesidad" de Daniel. Ayer, sí, sí... ¡Ayer!
Como padres primerizos (o ignorantes de la vida) todo comenzó el jueves por la noche, después de cenar, sentados en el sofá, pensando que ya quedaba menos para ser tres, para comenzar a formar una familia, (qué ilusión me hace decir esa frase); por lo que este fin de semana iba a ser ideal para montar la cuna y traernos el carrito a casa ya que han sido los abuelos quienes han estado guardándolos estos meses.
La cuna estaba claro que iba a estar en nuestra habitación, pero ¿el carro? ¿dónde íbamos a meter el carro cuando no lo utilizáramos? Ay, Dios mío, y nos asaltan estas dudas ahora...
Nuestra casa tiene dos habitaciones. La habitación de matrimonio es bastante amplia, pero la otra no lo es tanto. Tiene una cama y siempre está llena de ropa para planchar, el abrigo que tenemos al uso, muñecos y tonterías varias, y un escritorio con el ordenador desde el que escribo.
Ya sabéis que estamos de paso en este piso y que para nosotros dos, esta habitación ni fú, ni fá. Intentamos tenerla limpia, pero siempre hay cosas que hacen que no dé esa sensación y como he estado de baja desde Octubre, me he dedicado a tenerla ordenada pero el viernes nos dimos cuenta que el orden no era suficiente. ¡¡¡Hacía falta espacio!!!
Pensamos en varias posibilidades: La cama es solamente un somier. No tiene cabecero ni nada. Pues ya está. La metemos debajo de la cama de matrimonio. ¡Error! Las patas de la cama de matrimonio nos impiden llevar a cabo esta primera genial idea. Pues... la levantamos y la dejamos horizontalmente pegada a la pared y sin desatornillar las patas para que no venza hacia nosotros. ¡Nada! La verdad es que tampoco te quita tanto y te da mucho trabajo porque detrás sería un gran nido de polvo que iba a tener que limpiar casi todos los días. ¡Ya está! Lo forramos todo de plástico y lo ponemos de pie en la terraza, en la esquina; ahí no molesta. ¡Tampoco! el ancho de la terraza es menor que el de la cama y si encima le ponemos plástico, peor aún..  y además, va a ser un lío cuando tenga que tender la  ropa. ¡Qué no, qué no!
Por fin dimos con la solución: el abuelo Paco.
Dani le contó por teléfono lo que estábamos haciendo y a la media hora se presentó en nuestra casa, revalorando nuestras ideas y dando otras. ¿Llamamos a nuestro casero y que se la lleve? No. Nos queda un par de meses en este piso, si todo va bien. ¿Pa'qué molestar? Eso habría que haberlo pensado antes (como con esto, que se nos ocurre 10 días antes de salir de cuentas... ¡bravo!).
- Me llevo la cama. - dijo Paco. La guardaría en el garaje y santaspascuas. Y así fue.
Dani le ayudó a subirla al coche y yo fregué la habitación hasta dejarla impoluta. A la hora de comer, ya tenía espacio suficiente para meter todo lo que quisiéramos en la habitación.
Hoy montamos la cuna y mañana traemos el carrito. Pero ya está todo limpio y desenredado. Así estoy ahora: sin nada que hacer, esperando a Dani para irnos a casa de mi madre que nos ha invitado a comer un buen cocido, perfecto para este día tan fresquito.

Y digo yo: 

¿¡Qué sería de nosotros sin los abuelos!? 

Son los mejores...

Última cita médica

Ya no tenemos que volver a la tocóloga. Ayer nos despedimos de ella con un "gracias por todo" y nos deseó mucha suerte en nuestra nueva experiencia como papitos. ¡Yuhu!

Y pensar que solamente faltan dos semanas (en teoría) para el gran acontecimiento... Y que cuando nació este blog, todavía quedaba mucho tiempo para este momento...

Bueno, a lo que iba. Ayer fue día de médicos. Primero fuimos al anestesista para que me hiciera un historial sobre enfermedades, alergias y cosas de ese tipo. Miró todos los informes de análisis y pruebas que me había hecho durante estos meses y me hizo firmar un papel en el que daba mi consentimiento para inyectarme anestesia general en el caso de que se presentara alguna complicación en el parto.
También nos habló de la anestesia epidural y nos pidió que guardáramos otro consentimiento firmado para tenerlo todo preparado ese día por si finalmente pido (a gritos) "Que me la pongan, por Diossssss". ¡Jeje!

Fue una visita muy rápida. No sé si os pasa a vosotros cuando vais a alguna consulta, pero a mí siempre me da la sensación de que me atienden más rápido que a los demás pacientes. ¿Qué coño preguntarán? ¿Qué narices les estarán contando al médico? En fin, no puedo quejarme porque después nos fuimos directos a la consulta de la tocóloga, y nos pasaron una hora antes de la cita, porque Dani tenía que irse a trabajar y movió hilos para que nos colaran, lo que produjo un cierto revuelo en la sala de espera. 
Gracias a eso, Dani pudo entrar y llegar puntual al trabajo, y encima ha conseguido que vayamos juntos a todas las consultas médicas, pruebas, clases prenatales, etc. Y es que no ha querido perderse nada que tenga que ver con su primer hijito. ¡Está hecho un super papi!

Como siempre, la doctora me tomó la tensión, me pesó (ya llevo 15 kilos, yo también soy una super mami...) y escuchamos el corazón de Daniel, que sigue latiendo tan fuerte como siempre. Una pasada...
Los resultados de la citología y la prueba del estreptococo han salido perfectos. Estoy sana, sanita.
Antes de marcharme, me dio un volante con la fecha para ir a monitores: el 19 de diciembre.
Que por cierto, hay huelga ese día en la sanidad pública, y el 20 también. Veremos a ver qué ocurre. 

A lo mejor no llego a monitores, o a lo mejor salimos en la tele...

Venga, qué podéis seguir apostando...

¡¡¡Besos a todos!!! 

Diciembre, EL MES.

Pues aquí sigo. A 1 de diciembre y esperando a... a que llegue el Madrid-Atleti. xD
Como habréis visto, el futuro papito no ha estado muy acertado. Y aunque no era muy descabellado pensar que se podía adelantar ese día tan señalado, yo creo que Daniel está tan agusto aquí dentro, que va a esperar un poco más para salir a su debido tiempo. Tan pequeño y tan cumplidor... ¡Ese es nuestro hijo!

El martes fuimos a la última ecografía. Pesa 3,350. Salir, podría salir ya, eso es cierto. Pero no hay que olvidar que la gestación son 9 meses. Qué salga cuando quiera pero que salga bien. Con la cantidad de cosas que hay aquí fuera para ver, si soy yo, me daría hasta miedo salir. 

El jueves fue mi úlitmo día de natación preparto. La tocóloga me recomendó que este último mes no fuera para evitar infecciones y cosas de ese tipo. Pero tengo que moverme. Así que tendré que salir a caminar todos los días un rato, aunque con este frío me va a entrar pereza más de una y dos veces. Pero... ¡es lo que hay! 

En estos días, habrá que ir ambientando la casa con adornos navideños. No tenemos mucho espacio pero el nacimiento (el del portal, con su buey y su mula, me refiero), el miniárbol y la bandeja de polvorones no van a faltar en mi salón. Y si todo va a su debido tiempo, no faltarán ni las comidas-cenas familiares, ni las quedadas con los amigos en el bar de siempre. 

Tengo ganas de inculcarle a Daniel mi espíritu navideño y el valor que tiene la familia sobre todo, en esta época del año. Si consigo que mi hijo tenga una infancia tan feliz como la que yo tuve, me daré con un canto en los dientes. Porque, a pesar de ciertas adversidades, me he considerado una niña feliz siempre . Y lo tengo claro, que su abuela Isabel tuvo mucho que ver en eso. 
Desde mi humilde blog: Gracias, Mamá.

Esta Navidad será diferente. Y vamos que lo será... La mejor de todas, sin duda.


La Feria del Bebé

Bebés y Mamás. Ese es el cartel que se podía leer cuando llegamos a IFEMA ayer a eso de las 12 de la mañana. Queríamos echar el día allí pero yo no había dormido mucho la noche del sábado al domingo y me levanté un poco más tarde. Hice bien, porque nos vimos la feria stand por stand y gracias a que había dormido algo aguanté como una campeona.

Nada más llegar, nos pidieron las entradas y nos dieron una pegatina de Mibebéyyo. Con esa pegatina, debías acudir al stand de dicha revista y tras suscribirte 6 meses gratis dando tus datos personales, te obsequiaban con un bolso precioso para llevar las cositas de tu bebé. Yo ya estaba suscrita, pero no iba a quedarme sin el bolso, así que volví a rellenar la hojita.

Había otro stand de la conocida revista Crecer Feliz, pero estaba vacío ya que había que pagar 4,5 € y no te regalaban nada. Así no hay manera, oiga.

Podría hablar de todos los stands que había allí pero voy a resumir. Había de todo; desde escuelas infantiles y bilingües, hasta ropa premamá, taller de masaje infantil y mobiliario para habitaciones.
Nosotros por nuestra parte, nos hemos traído un arsenal de biberones y chupetes, (Mam baby y Dr. Browns) pomaditas y esponjitas de baño (Mamá Natura) y revistas e información sobre bebés, sus cuidados y todo lo que una mamá debe saber. Además, hemos ido "por separado" y nos han dado el doble de cosas. Un truquillo que no está nada mal saber.
Me he suscrito a un montón de sitios en los que te regalan una canastilla, con pañales, toallitas y todo tipo de muestras. Para ello, había que poner la fecha estimada de parto y así te mandan la canastilla a casa semanas  más tarde del supuesto nacimiento.

Algo parecido pasaba con Nestlé, sólo que en lugar de una canastilla, te regalan una chapita en forma de osito con la inicial y la fecha de nacimiento del peque. La chica me dijo que se pondrían en contacto conmigo pocas semanas después de la fecha que yo había indicado en la hojita de inscripción para saber exactamente cuándo había nacido. Eso sí, te regalaban in situ una bolsita con un cd de canciones infantiles (en inglés y en español) y un cd con las nanas más famosas; la típica pegatina para el coche de "bebé a bordo" y folletitos de información sobre distintos productos de la marca. Genial.

El stand más grande y que más llamaba la atención de la gente era Hero Baby. Daban muestras de leche de continuación y con lo cara que suele ser, pues había que aprovechar. Pero eran tantas las personas que hacían cola para un bote o sobrecito de leche, y nosotros llevábamos tanto tiempo haciendo colas para los chupetes y los bibes, que optamos por dar una última vuelta y marcharnos a casa. 

Ya eran casi las 16.30 h y no habíamos comido aún, así que nos salimos de allí dirección LaFortu, no sin antes hacer una paradita en el burguer, y a las 17.30 estábamos en el bar de siempre con nuestros amigos viendo correr a Alonso. El día para mí estuvo redondo: me lo pasé muy bien en la feria, porque a parte de llegar cargada de cositas para nuestro hijo, aquello estaba lleno de mamás con niños y todos eran guapísimos, en serio. Cada vez tengo más ganas de ver la carita de Daniel.
Luego estuvimos con Itziar e Israel (familias Jabardo al completo) y están preciosos los dos. Y cuando llegué a casa, tuve una relación íntima con mis tobillos, que parecían dos pelotas de tenis, y ya no me acuerdo de más. He dormido de un tirón.

Recomiendo a todas las mamás y futuras mamás que estén esperando, que si tienen la oportunidad de ir a la Feria, no lo duden. Quizá el año que viene, repitamos los tres.

Tres... que vamos a ser treeeessss!!!!! 



Se admiten apuestas

Dentro de mi rutina como futura mamita, hoy era día de cita con la tocóloga.
Está todo perfecto: resultados de análisis, tensión arterial, peso... ejem... bueno, he engordado un poco. Ya sabéis que el peso es mi quebradero de cabeza, y aunque veo que la ropa me queda igual que antes (un pelín más justa por la tripota), hoy la tocóloga no me echado la bronca porque según los informes, y como ya os comenté en entradas anteriores, Daniel será un niño hermosote. Y claro, eso también influye...
En fin... que a falta de 5 semanas para dar a luz, llevo 14 kilos en mi cuerpecito serrano (dejad que me anime, jopé) y la cosa no va a parar aquí. No, no. En diciembre ya no me aconsejan ir a natación, por lo que si sigo comiendo igual y encima no me muevo tanto, lo voy a notar, y bien. Mi hijo saldrá rodando. Entonces, hay dos opciones: o comer un poco menos (o picotear menos, lo sé), o caminar más. Creo que la primera necesita mucha fuerza de voluntad y más llegando el turrón y los polvorones a las tiendas desde primeros de mes, así que me decantaré por la segunda opción, aunque haga mucho frío. Y si eso no funciona, ya veremos cómo será mi recuperación después. 

Lo que me está incordiando ahora y mucho, es el tema de los tobillos hinchados. Ya comienzo a notar los calambrillos en las pantorrillas y al final del día mis tobillos parecen dos pelotas de tenis. Pero bueno, nada que no pueda solucionar un buen baño con sal y un buen masaje (guiño, guiño, codazo).

Hoy no me quiero enrollar mucho, aunque después de esta parrafada esté de más decirlo. 
Voy al grano. La tocóloga nos ha comentado que siendo un embarazo normal, llevándolo tan bien, etc, se prevée que Daniel nazca entre el 19 y el 26 de Diciembre.
¿Se puede adelantar? Por supuesto. ¿Se puede retrasar? Sí, pero hasta el día 2 de Enero, porque ahí tendrían que provocármelo.

Ahora nuestra pregunta es: ¿Qué día pensáis vosotros que nacerá Daniel? 
Venga animáos y el ganador se llevará...
Bueno, en este mes, ya diremos lo que se lleva el ganador ;)
Dejad que nos pensemos el premio un poco que todavía hay tiempo...

Un beso a tod@s y mil gracias por seguirnos, siempre ;)


Una conversación con Daniel

...Hola Daniel, ¿qué tal te has despertado hoy? A ver... Saluda a mamá. Papá se ha ido a trabajar pero he hablado antes con él y me ha preguntado por ti. Siempre lo hace.
Tenemos muchas ganas de verte. Aquí, fuera, te están esperando un montón de personas que ya te quieren mucho sin conocerte y no dejan de preguntar si me das golpecitos para llamar la atención. Jo, si ellos supieran lo que conectamos tú y yo... ¿verdad, hijo? 
Aaaala, qué patada...
Desde que estás conmigo mis horas se hacen más cortas y las disfruto más que antes. Sé que me escuchas e incluso me entiendes. No puedo demostrarlo pero yo lo sé. Son cosas que las mamás sabemos, aunque no lo sepamos todo. 
Oye, pero muévete, qué te has quedado ahí clavado...
Cuando salgas, vamos a seguir conectando juntos, ¿vale? Seguiré cantando canciones y contándote cómo son las cosas que aún no ves. Seguiré susurrándote cada día que te quiero y que no habrá nada que sientas más adentro que mi cariño (y el de tu papá, pero eso que te lo diga él, jeje).
La fuerza de mi abrazo te reconfortará. Te acariciaré y sentirás mi calor. Frotaré tu naricilla con la mía.
A veces llorarás pero estaré ahí para calmar tu angustia, e intentaré que no vuelva a repetirse, al menos, con frecuencia. Sueño cada noche acurrucándote contra mi pecho. 
 ¡Pero bueno! qué energía tienes hoy...
Daré todo de mí para que vivas feliz y sin preocupaciones. Y espero conseguirlo. 
... Qué ricas las tostadas... ¿a que sí?
Quiero mirarte a los ojos y saber qué ocurre sin hablar. Quiero priorizar todo lo que te haga sentir bien. Quiero transmitirte seguridad para hacer de tu autonomía la mayor de mis alegrías. ¿Que qué es autonomía? Pues es... bueno, ya sabrás qué es cuándo seas mayor...
Pero que sepas que todo lo que sea bueno para ti, será bueno para mí. Porque si tú lloras, yo voy a estar un poco triste o preocupada; pero si te ríes, yo... me parto. Tú me deberás el haberte dado la vida, pero yo te deberé mi felicidad que se convirtió en una felicidad plena en cuanto supe de tu existencia.
Que sí, mi niño bonito, no te imaginas cuánto... 
Gorro, toalla, peine...
Uy, vámonos ya, que tenemos que ir a clase de natación y llegamos tarde, como siempre. Eso sí, espero que no te hagas tanto de rogar como tu madre... jeje.


Viento en popa

Llevo todo el verano escuchando frases como: qué tripa tienes... tú tienes que estar de más tiempo... parece que estás apunto de parir... este niño va  a ser muy grande...

Y yo pienso:  Normal... ¿Es que no véis cómo son sus padres?
Nuestras familias no son nada pequeñas. Mi madre no ha tenido bebés enormes pero sí hermosos, y la madre de Dani, igual. Solamente hay que saber que Dani fue sietemesino y pesó 3,300 kgs. ¡Casiná!
No quiero imaginar cuanto hubiera pesado si hubiera nacido a los nueves meses.

Ayer nos dijeron cuánto pesaba Daniel. Fuimos a la consulta de la ecografía del tercer trimestre y todo va bien. Su fémur mide 6,5 cm. ¿Os lo imagináis? qué cosita más pequeña... Es que me derrito cada vez que pienso en tenerle entre mis brazos... y ya queda poquito para eso...
¿El peso? Vale, iré al grano. Estoy de 32 semanas y Daniel pesa 2,570 kgs. No está mal, ¿no? El peque progresa adecuadamente (y yo llevo 11 kgs de más en mi cuerpo, a falta de dos meses para dar a luz).
Llevo un embarazo de lo más normal. Por ese lado bien, pero su padre no pudo contenerse y preguntó: ¿Y cuánto se estima que pese al nacer?
Increíble. La doctora calcula que pesará alrededor de 4 kgs.
Nos dice que no parece que vaya a ser un niño muy grande pero gordito, sí. Una bolita, vamos. Nuestra bolita.

Claro, tanto pedir que todo salga redondo... xD



Clases prenatales (V)

Como ya os comenté en entradas anteriores, se tratan varias cuestiones en las clases prenatales, así como cualquier duda que pueda surgirnos a las madres primerizas a lo largo del embarazo. 
A falta de dos clases más, ya se han comenzado a repetir temas que se abordaron en las primeras clases, supongo que para que no haya dudas llegado el momento tan esperado.
Algo que hemos repetido mucho y con lo que la matrona finalmente nos ha soltado un: "bueno, no os preocupéis tanto", ha sido la bolsa del bebé y la bolsa de las mamás, ya que debemos tener previsto todo lo necesario una vez que se nos dé la baja hospitalaria.

Pues bien, hay que llevar dos bolsas: una para el bebé, y otra para la futura mamita, es decir, una servidora.

En la bolsa del bebé no puede faltar:
* 3 ó 4 bodies. Uno de manga larga y dos o tres de manga corta.
* Un gorrito.
* Unos patucos.
* Unas manoplas. Esto nos hace mucha gracia. Porque por lo visto, suelen nacer con unas uñas en plan elhermanodeLobezno y pueden arañarse la carita, por lo que las manoplas son ideales para estos casos.
* Un pijamita o dos.
* Un arrullo o mantita suave.
* Un pequeño neceser. Que no sé si llegaré a utilizar pero en el que hay que incluir: un cepillito, una pomadita para el culito, una tijerita para las uñacas. Si os dais cuenta, todo lo enumero en diminutivo porque los accesorios son en tamaño mini, es decir, una monada.
* Pañales
* Y la ropita con la que vaya a salir del hospital. (Ay, qué ganitas tengo)

Para la bolsa de la futura mamita, no debo olvidarme de:
* Braguitas desechables, o las braguitas más viejitas que tenga en casa y que no me den pena que se manchen.
* Un par de sujetadores de lactancia. 
* Discos de lactancia.
* Compresas postparto.
* Un camisón, una bata y unas zapatillas.
* Un abanico. Dicen que hace muchíiiisimo calor allí.
* Un cacao o vaselina para los labios.
* Agua, o muchas monedas para la máquina de botellas de agua. Hay que mantenerse hidratada.
* Un neceser con todo lo necesario para ducharse y acicalarse.
También me echaré unos calcetines, por si se me quedan los pies fríos.
Y poco más... No sé si se me olvida algo.

Desde aquí pido colaboración a mis conocidas mamis, por si se me olvida algo o por si es una burrada todo lo que llevo, jeje. ¿Qué llevásteis vosotras?

Eso es lo más necesario y de sentido común, según nuestra matrona, pero no sabemos por qué, en la última clase nos contó que en el hospital te facilitan de todo, desde el camisón y las compresas, hasta el cepillo de dientes y el champú. ¿En qué quedamos?
En fin, que yo llevaré lo mío, y si no lo utilizo finalmente, pues no será porque se me haya olvidado, que yo soy muy dada a eso y luego me da mucha rabia. Y siempre puedo llamar a la familia y decir:  
Eh, si vas a venir, tráeme...

Además, dejaré preparada otra bolsa con ropa "de calle" amplia y cómoda, para cuando vaya a salir del hospital, aunque esa la dejaré en el coche.

Y también le haré una al padre, por supuesto, por que con lo nervioso que se pone y el calor que hará allí, tendrá que cambiarse de camiseta al menos un par de veces.

Ya véis... Más que un ingreso hospitalario parecerá que vamos a pasar unos días de vacaciones, aunque en este caso, tendremos las mejores vistas en el interior de la habitación ;)

Visita guiada a maternidad

   Esta mañana hemos asistido a nuestra quinta clase prenatal y tras hacer un repaso de los días anteriores, hemos cogido el coche dirección al hospital para realizar la visita guiada a maternidad. 
Ha sido una visita muy interesante. Nada más entrar hay una sala de espera para familiares y una recepción donde te tomarán los datos. También, una sala con monitores llamada Sala de Registro, para controlar el tiempo entre contracciones y determinar si ya estás de parto o no.
Si lo estás, te llevarán a la Sala de Dilatación, donde comenzaría el calvario. 
Según la matrona, lo normal es hacer todo en la misma habitación para mover a la paciente lo menos posible, pero también pueden derivarte al paritorio.

   No hemos podido entrar a ninguno de los dos paritorios disponibles en maternidad. Por lo visto, una mamá acababa de dar a luz en uno y en el otro acababan de empezar con otro parto. La matrona nos ha contado que no es muy normal que se den este tipo de coincidencias. Pero hoy no había nada imposible.
Por eso, ha preferido enseñarnos un paritorio "provisional" que es donde normalmente hacen la prueba del PH al bebé, y ha sido de lo más impactante.
Era una sala cuadrada, oscura y con un arsenal de instrumentos quirúrjicos y electrónicos. En el centro de la sala, una camilla con el respaldo ancho y un poco inclinado, con las típicas sujecciones metálicas para las piernas. una a cada lado. Es como si estuviéramos en un decorado ambientado en una sala de partos de una base militar nazi. ¡Horror! 
Las otras futuras mamis y yo hemos coincidido al final de la visita que ha sido la peor imagen de la mañana y hemos rezado para que no nos tengan que intervenir ahí en el caso de que los otros dos paritorios estuvieran ocupados como ha ocurrido hoy. ¡Anda, que si nos ponemos de parto en ese momento!

  Aunque todo se pasa, incluso ese tipo de imágenes desaparecen cuando tienes frente a ti la imagen más maravillosa del mundo. Y hoy también hemos podido tener una visión más agradable que la del paritorio del horror: un papá a solas con su bebé recién nacido en brazos en una pequeña habitación donde seguramente, aguardaba la llegada de su mami, que la estarían curando tras el parto. Un papá, que tan sólo con su cara iluminaba la habitación, mirando a su hijito (o hijita) que estaba envuelto en una manta, con su gorrito puesto, presumido por ser la cosita más pequeña del mundo en ese instante y la más grande a la vez. 
Definitivamente, ha sido lo mejor de la visita.

   De ahí, Dani y yo hemos vuelto al barrio, al centro de salud, porque teníamos cita con la matrona, ya que, no sé si recordaréis, la última vez me dijo que estaba engordando mucho y que controlara más lo que comía; que me citaba de nuevo para observar cuánto peso cogía en 2 semanas. Aunque finalmente han sido 3 semanas, porque el viernes pasado fue fiesta nacional y no daban citas. 
Hemos vuelto a oir el corazoncito que latía fuerte como siempre y me ha llevado directa a la báscula. Y cuál ha sido su sorpresa (y alegría, todo hay que decirlo) cuando ha visto que sólo he cogido medio kilo en 21 días, (y eso que me estaba haciendo pis). Yo no cabía en mí de orgullo.
Si ya se lo decía yo: septiembre y las vacaciones han sido mi perdición. Ahora que vuelvo a una rutina, que tengo más cosas que hacer y menos tiempo para comer, que me muevo más, que voy a natación y camino mucho, y que ya no como tantas chuches, mi peso se equilibra porque lo que como, lo quemo y ya no se convierte en un quebradero de cabeza... 

   Y, pues eso... que yo contentísima. He salido de la consulta riendo y sonriendo con el futuro papito, y en mi cabeza ya no estaban ni el paritorio del horror, ni el recién nacido en brazos de su padre. Sólo había sitio para el sonido de los latidos del corazoncito de Daniel.

Clases prenatales (IV)

En la última clase prenatal se debatió mucho el tema de la anestesia epidural.
Para empezar, no es realmente una anestesia, es una analgesia. Es decir, calma o elimina el dolor pero permite tener sensibilidad y conciencia, algo que no es posible con la anestesia.
A estas clases asisten también madres que están embarazadas de su segundo hijo y, como podéis imaginaros, las opiniones son de lo más diversas, pero cada vez son más las que eligen un parto sin medicación.

Después de escuchar tantas experiencias positivas y negativas, creo que lo tengo bastante claro, aunque nunca se puede decir "de este agua no beberé", porque todo depende de cómo se desarrolle el parto y de la atención médica.
No entra dentro de mi "plan de nacimiento" pedir la epidural. Es mi primera experiencia maternal y me gustaría saber qué se siente y hasta dónde alcanza mi nivel de dolor. Quiero conocerme en este aspecto y creo que estoy preparada mentalmente para eso. Puede que cuando esté en dilatación podáis escuchar mis gritos de auxilio desde vuestras casas... o puede que no... No tengo miedo al dolor. Me da más miedo que me introduzcan una aguja en la espalda entre dos vértebras lumbares cuya dosis no me garantiza que pueda sentir las contracciones ni que la dilatación sea rápida. Me da más miedo que me baje la tensión y no llegue sangre a la placenta y ponga en peligro a mi bebé. Me da miedo no saber cómo realizar los pujos si no llego a sentir nada y se requiera cierto instrumental como fórceps o ventosas para sacar a Daniel, o que finalmente tengan que practicarme la cesárea.

Que sí, que no pasa nada. Que lo importante es que el niño salga bien y si hay que realizar un parto instrumental pues se hace. Pero primero quiero saber de qué soy capaz por mis propios medios. No pretendo ser una superwoman. No soy más madre que nadie, ni más valiente que nadie, ni más madura que nadie, pero mientras todo lleve un proceso natural y el parto acabe cuanto antes para poder ver la carita de mi hijo, no me importa sentir dolor.... hasta que comience a importarme.

¿Quién dijo descanso?

   ¡Vaya días llevamos! Desde que llegamos de la playa, ha sido un no parar. Y es que queremos tener todo listo para cuando Daniel llegue a nuestras vidas.

   Lo primero que hicimos fue patearnos tiendas de carritos y cunas. ¡En algún sitio tendremos que transportar al bebé y dormirle, digo yo! Tardamos como una semana en elegir un modelo que nos gustara, y no solo eso, sino que cuando no tienes ni idea de qué tipo artículos vas a comprar, ya que es nuestro primer hijo y no estamos acostumbrados a estas cosas, tienes que informarte muy bien, comparar y tener las ideas muy claras. No es de extrañar que te asalten las dudas y comiences a preguntarte si lo que has elegido será bueno para tu bebé o no; es inevitable, pero teniendo cerca personas que te asesoran, todo es más fácil.

   Otra de las cosas que hay que preparar es la ropita para Daniel. Aún no hemos comprado nada de ropa y lo que ya tenemos han sido todo regalitos de familia y amigos: bodies, pijamitas, patucos, camisetas. Creo que en tema ropa va a estar bien surtidito, pero eso no va a evitar que vayamos a comprarle lo que más nos guste. De momento, ya estoy haciendo hueco en los armarios. He cambiado la ropa de temporada y he dejado lo que me vale, porque con esta tripa, hay jerseys que no ceden todo lo que quisiera, así que en Enero, si Dios quiere, ya veremos qué recupero. 
Como ya sabéis, estamos aún en el piso de alquiler y a finales de Diciembre puede que tengamos las llaves del piso nuevo. Aunque coincida todo con la fecha del parto, la verdad es que estamos ilusionadísimos con la idea de que Daniel pueda tener su habitación lo antes posible. En nuestro piso actual, la falta de espacio se va notando más cada día.

   Esto es un no parar. Incluso nos hemos apuntado a natación. Yo, por recomendación de la tocóloga y la matrona, y Dani, porque quiere mantenerse en forma y perder algún kilito del verano.
El día que llego a casa de natación, tengo más energía que nunca. Es muy recomendable durante y después del embarazo. Durante el embarazo, porque mueves todo el cuerpo y puedes hacer ejercicios que normalmente la tripota te limita a hacer, y después de nacer tu bebé, porque ayuda a tonificar los músculos y a recuperar un poco tu silueta. Luego vendrá la matronatación, pero el alumno pasará a ser Daniel, y de eso ya hablaremos más adelante.

   El otro día, Dani y yo nos reíamos hablando sobre lo poco que falta para que nazca y que cuando eso ocurra, ya no seremos dos. Seremos TRES. Es una persona que, de repente, llegará a nuestras vidas y no precisamente de visita, o a pasar unos días en casa. Va quedarse con nosotros y no volveremos a estar solos. Daniel estará a nuestro lado. Si Dani trabaja de noche, yo ya no estaré sola en casa. Ya no. Él dependerá de nosotros para sobrevivir y nosotros dependeremos de él para vivir.
Y aunque ya estamos agotados y esto acaba de empezar, son las ganas y la ilusión lo que evita que flojeemos. Madre mía, con lo perezosos que somos para algunas cosas, ahora tendríais que vernos por un agujerito. 
Es divertido hablarlo, es emocionante pensarlo, y definitivamente, es lo mejor que hemos hecho.


Ecografía 4D... ¡ahora sí!

   El día 4 fue mi primer día de baja laboral. Ya os he dicho que estaba un poquito de bajón pero este día teníamos una cita importante en una clínica de Madrid: la ecografía 4D.

   Estábamos citados para las 14:00h y decidimos salir prontito de casa para no llegar tarde. En la cita anterior, llegamos con una hora y pico de retraso debido a un atasco monumental que se organizó gracias a la lluvia. Áquel no fue nuestro día, pero estábamos convencidos de que Daniel se dejaría ver bien esta vez.

   Cuando llegamos nos atendió un chico que tendría aproximadamente nuestra edad. Nos llevó a una de las salas y nos preguntó qué había pasado la última vez. Con un "vamos a ver qué tal se porta hoy" y yo tumbada en la camilla, encendió el monitor que tenía a mi derecha y fue entonces cuando le vimos: el bebé más guapo del mundo, ya formadito, con sus ojitos, su naricita, su boquita, sus manitas...
No podemos mostraros la grabación de Daniel bostezando, sonriendo y tocándose la frente, pero sí tenemos alguna imagen que queremos enseñaros para que os hagáis una idea de lo emocionante que fue verle.




   Todo el mundo que ha visto esta foto dice que se parece a Dani y aunque creáis que el futuro papito ha engordado por comer mucho este verano, tenéis que saber que también influye el hecho de que le digan ese tipo de cosas. Y yo, encantadísima. Si sale la mitad de guapo que su padre, me conformo. 



  

Baja laboral por riesgo en el embarazo

   El día 4 de Octubre me dieron la baja laboral por riesgo en el embarazo.
Me incorporé al trabajo el día 2 y ese mismo día me llamaron para comunicarme que desde el día 4 ya no tendría que ir a trabajar.

   Cuando llegué de vacaciones me informé acerca de lo que tenía que hacer para pedir este tipo de baja. No pensaba que me la darían tan pronto pero en mi empresa suelen darla a partir de la semana 29 de gestación y yo ya estaba de 27 cuando la tramité.

   Me facilitaron toda la información y la documentación que debía rellenar para entregarla en la Mutua y fue bastante sencillo. En la Mutua me pidieron, además de todos mis datos personales, fotocopia del DNI, etc. un informe que debía firmar el médico sobre el estado de mi embarazo, y otro informe que debía firmar la empresa donde se reflejara una relación de las labores que desempeño en mi puesto de trabajo. En dos días tenía los dos informes, y dos días después me daban la baja.

   Podéis llamarme tonta, pero no sabéis la pena que me dio salir del trabajo al final de la jornada y saber que no volveré allí, si todo va bien, hasta dentro de unos 7 meses, más o menos. Me siento como si le estuviera "echando morro" a la situación. Pero bueno, hoy ya he dejado de pensarlo. Tiempo no nos sobra y tengo muchas cosas que hacer y preparar. Y si me la han concedido será por algo.

   Y además, lo primero es nuestro hijo.

Clases prenatales (II y III)

Como llevo un poco de retraso en esto de actualizar el blog, voy a hablaros de lo más destacado en las clases prenatales que llevamos por el momento.

De todas formas, en todas se hace un repaso de lo que hemos visto antes y a veces son tantas las dudas y los debates que se crean en clase que el tiempo no da para muchas cosas nuevas. Y bueno, mi memoria, que últimamente no da para mucho, no es muy fiable, por lo que algo se me olvidará seguro. Menos mal que Dani también asiste conmigo y podemos hacer juntos esta entrada generalizada de las clases aunque habrá asuntos que nos parecen interesantes y nos gustaría tratar más en profundidad en entradas sucesivas.


- Tipos de parto: El parto natural y la cesárea.
Nuestra matrona es partidaria de un parto "lo más natural posible". No está a favor ni de la epidural ni de la intervención médica y asegura que cuanto más mayor es y más partos asiste más convencida está de esta idea. Pero claro, los partos pueden traer complicaciones y son los profesionales los que deben tomar la decisión final. Aún así, la madre debe estar informada sobre todo lo que conlleva cualquier tipo de intervención que pueda llevarse a cabo durante el parto, y aunque ella tenga claro lo que quiere, estar abierta a otras posibilidades siempre por el bien de ella y del bebé. Lógico. Aunque nos metan el miedo en el cuerpo, no estamos exentas de que las cosas no vayan a salir todo lo bien que queremos.

- Cuidados de la vagina antes y después del parto. Aconsejan el aceite de rosa de mosqueta que podemos aplicarnos en la entrada de la vagina desde la semana 34, durante tres semanas, para facilitar la dilatación y evitar la episiotomía (el dichoso corte que nos hacen "ahí abajo" si el bebé no tiene suficiente espacio para salir).
Después del parto, esa zona es tratada mediante puntos quirúrgicos y lleva un preciso cuidado. La matrona recomienda lavar la zona con agua y jabón (si es Lagarto, mejor) y secarla con secador, para evitar que la zona permanezca mojada allá donde no llegue la toalla y produzca infección.

- Los pujos: cómo empujar. Aunque esto es más práctica que otra cosa... Creo que cuando estás en el momento y tienes que empujar, lo haces sí o sí. Es más dificil saber cómo no empujar. Hay veces que la persona o personas que asisten al parto te dicen que no empujes y para eso, lo recomendable es jadear. En cuanto a la respiración de las contracciones, debes inflar la barrigota respirando por la nariz y mantener el aire mientras empujas y echas el aire por la boca despacio.

Podría extenderme más en cada uno de los asuntos pero no quiero ser muy pesada. Si tenéis preguntas, podéis formularlas y en la medida de lo posible os responderé. Pero tenéis que entender que aún no he pasado por todo esto, que todas estas cositas son informativas y que, sobre todo las chicas, cuando llegue vuestro momento obtendréis más información de la que yo pueda facilitaros. 
A mis amigas y familiares mujeres que ya han sido mamás, os animo a compartir vuestras experiencias. A mi me vendrá de perlas, jeje...



La matrona (III)

Esta entrada va a ser muy personal, pero es que estoy indignada. 
No dejo de pensar en la visita a la matrona de este jueves y de cómo me afecta lo que digan los demás. Sí, que puede que esté muy sensible últimamente, pero en el fondo siempre he sido así. Tendría que aprender a pasar un poco de todo y estar más segura de mí misma en algunos aspectos. Solo que, cuando es un profesional el que te dice que no estás haciendo las cosas del todo bien, te molesta muchísimo... Vais a pensar que soy idiota... 
¡Lo soy!

Ya os hemos contado que estas vacaciones han sido muy descansadas, como debe ser. Tanto, que quizá se me ha ido un poco de las manos el tema de las comidas. Pues sí, he engordado más de la cuenta, ¿y qué? Para eso están las vacaciones ¿no? No voy a controlar todo lo que como a todas horas... Si me apetece un crêpes de chocolate, chocolate y plátano, chocolate y nueces y/o jamón y queso, pues me lo como... (hemos probado muchas variedades este verano). Si me apetece desayunar todos los días donetes o croissants rellenos de chocolate, pues lo hago... Si me apetece ir al McDonalds dos días seguidos, pues voy... No ha sido lo único que he comido, pero una también tiene sus caprichitos ¿no? a ver si por estar embarazada no voy a poder permitirme "pasarme" un poco con el dulce y la comida basura. ¡Faltaría más!

Vale, vale, tenéis razón, estoy dando demasiadas explicaciones. Quizá estoy intentando convencerme a mí misma de que no es para tanto y puede que me haya excedido un poco con los excesos (válgame la redundancia...).

En fin, que estoy de 6 meses y medio y he engordado 10 kilos, según la báscula de la matrona, porque según mi báscula solo he engordado 8, y claro, escucharla un sermón sobre que tengo que cuidar lo que como porque ya he cogido todo lo que debería haber cogido en los 9 meses, no es plato de buen gusto.

Por otro lado, la tensión arterial perfecta y yo me encuentro demasiado bien; con mucha tripa, algo más cansada y menos ágil, pero muy bien de salud, y eso es lo que me importa. 
¡Qué no, que no me gusta que me llamen gorda de esa manera! Estoy pasando por el momento más bonito de mi vida. Y son mis vacaciones. Y hago lo que quiero. Ale...

Cada vez que me acuerdo, me enfado un poco... Pero se me pasa cuando saboreo en mi memoria aquella comida en Casa Pedro, en Zaragoza... o_O 
...y es que...¡Comer es un placer!

Ecografía 4D

   El miércoles no fue nuestro día de suerte. Teníamos el día bastante completo entre ir al médico y hacer algunos papeleos y no pudimos hacer nada de nada. Pero lo que más nos desanimó es que no pudieron realizarnos la ecografía 4D. ¡Jo!

   Llevaba toda la mañana sintiendo los movimientos de Daniel. Me daba patadas, me clavaba alguna parte de su cuerpo... Es como si supiera que teníamos ganas de verle, como si él estuviera más impaciente que nosotros... o eso pensaba yo.

   Cuando la ecógrafa nos mostró su imagen en la pantalla, no dábamos crédito: estaba de espaldas, con la cabeza introducida en la pelvis, como si ya quisiera salir. Creo que no nos entendió bien. Queríamos verle pero aún es pronto para que salga. Pobre...
Me tumbé del lado derecho. Nada. Del izquierdo. Nada. No se dejaba ver. Eso sí, tiene un cuerpazo, je, je.
La ecógrafa nos dijo que volviéramos en 20 minutos para que lo repitiéramos y que comiera chocolate y paseara, a ver si Daniel cambiaba de posición.
Así que fuimos a un VIPS y nos comimos unas tortitas con chocolate y dimos un corto paseo. Se lo explicamos como pudimos a Daniel, y volvimos a la clínica. Pero no hubo manera. Ahora estaba de perfil, y se le veía un poco la carita, pero volvió a darse la vuelta y ni nariz, ni orejita ni nada... Eso sí, el chocolate le gusto muchísimo porque no se estuvo quieto en un buen rato.

Como os decía, salimos de allí desanimados, pero contentos porque le habíamos visto un poquito y con esperanzas de que la semana que viene, que es cuando tenemos la cita de nuevo, podamos verle comoestámandao.

Habrá que esperar...

Clases prenatales (I)

   El martes fuimos a nuestra primera clase prenatal. Estas clases ya habían empezado en La Fortuna a principios de mes pero como estábamos de vacaciones, la matrona nos dijo que podíamos recuperarlas en el grupo al que asiste en Leganés. 
Las clases son de 9 a 11. Cuando llegamos, las alumnas ya estaban descalzas y sentadas en sus colchonetas, por lo que tuvimos que darnos prisa para coger sitio y que empezara la clase.
Éramos todo chicas excepto Dani y otro chico. Yo a veces miraba a Dani porque quizá estaba un poco incómodo con tantas mujeres tripudas que solo hablan de los síntomas y cambios que achacan a su estado, pero, sinceramente, le ví bastante concentrado.

   La matrona nos enseñó algunos ejercicios para estirar las articulaciones y para mejorar la circulación sanguínea y la dilatación que practicaremos en todas las clases, y también, las respiraciones de relajación. Nos estuvo explicando además, cuáles eran las fases del parto y algún que otro instrumental utilizado por los médicos durante el proceso.

   Las dos horas se pasaron rápidamente ya que cuentan muchas cosas interesantes y responden dudas que pueden surgirte en estos meses, y no únicamente la matrona, también algunas compañeras que habían tenido hijos antes y que ya conocían bastante bien los asuntos que se trataban. 
Fue una primera clase muy completa y el viernes volvemos a la segunda pero esta vez, en La Fortuna.

Ya os contaremos más cosas en entradas sucesivas...


Prueba de la glucosa o curva corta

   Eran las 7:59 del lunes cuando entrábamos por la puerta del Centro de Salud de Pedroches. Estaba en ayunas, mejor dicho: me moría de hambre pero me tocaba una analítica que determinaría mi nivel de tolerancia a la glucosa y si padezco diabetes gestacional, por lo que no podía probar bocado.
No soporto los análisis. Y para colmo, éste no sería como en otras ocasiones.
No puedo mirar fijamente a la aguja cuando me están sacando sangre. No suelo marearme, pero prefiero no mirar. Ya da bastante "yuyu" cuando sientes algo similar a una pequeña ventosa clavada extrayendo líquido del interior de tu brazo... o al menos, eso siento yo.

   A las 8.17 me realizan la primera analítica. Un chico muy joven y muy amable, me explica en qué consiste la prueba y pienso: Bien, tal y como explicaban en los foros de internet y alguna que otra de mis fuentes cercanas.
Tras esa primera extracción de sangre, paso a una sala contigua donde me espera una ancianita muy entrañable con una especie de bote de jarabe de naranja muy dulzón, y me comenta con voz temblorosa que tengo que bebérmelo sin prisa pero antes de que pasen 5 minutos y sentarme en la sala de espera durante una hora para que me realicen la siguiente analítica.
Me lo bebo. Demasiado dulzón, sí, pero no sabe mal. Es como cuando tenías 10 años y te bebías 3 ó 10 sobres de Tang de golpe. Asqueroso, pero aún así, te lo bebías. Y pienso: Si el Tang tenía contraindicaciones cuando bebías una dosis muy alta, esto no puede ser muy distinto. Y vuelvo a recordar todo lo que leí en los foros y sí, había mujeres cuyo jarabe las provocó naúseas, vómitos y mareos.
Me asusto, pero me relajo. Salgo y Dani me espera sentado. Me siento a su lado y miro el reloj. Las 8.21. En una hora tendré que estirar el otro brazo.
Comienzo a sentirme mareada ¡Oh, oh!. Se me pasa. Tengo ganas de vomitar. Vaya hombre, como vomite tendré que venir otro día a repetir la prueba. Tranquila, Pili, venga... Se me pasa. Hay un montón de gente, cada vez más, y el calor se siente en la sala... ¿o soy yo?. No tengo fuerzas, me siento débil. Dani, voy al baño. Parece que ponerme de pie y andar unos cuantos pasos me devuelve la energía. Nos sentamos en otros asientos, lejos de la sala de extracciones y de tanta gente. Allí corre el aire. Me encuentro mejor. Dani y yo conversamos.
Llegan las 9.20 y me dirijo a la puerta. Me hacen pasar y esta vez es una mujer la que maneja la aguja. ¡Pero qué daño, hijad....! Ya no me quedan más tubos que llenar así que me voy. Sigo mareada y sin fuerza en las piernas, pero me mantengo. Miro a Dani y veo su cabeza en forma de donuts. Cariño, necesito comer algo urgentemente.

   En conclusión: es una mierda de prueba. Los índices no deben pasar de 140 y si es así, debería realizarme la prueba de la curva larga que consiste en una toma de jarabe asqueroso mayor que la anterior y tres extracciones: a la hora, a las dos horas y a las tres horas.

   Pero si yo sé perfectamente que tolero la glucosa... Tendríais que haberme visto comiendo chocolate con churros en la Márquez nada más salir de allí. Y Dani, se quedó mucho más tranquilo. Yo me encontraba bien y ya no me lo iba a comer a él...

Ya estamos aquíii...

¡Ya estamos de vuelta!
¿Qué tal este mes de septiembre? Nosotros hemos pasado 3 semanitas en la playa estupendas. Nos ha hecho buen tiempo, nos hemos puesto un poco morenitos, hemos visitado sitios que no conocíamos, y hasta hemos ganado un pellizco jugando al chinchón (y perdido también, jeje). En definitiva, que han sido unas vacaciones de lo más tranquilas y hemos desconectado muchísimo.
Lo único que no podíamos quitarnos de la cabeza era que cada vez queda menos para ver a Daniel. Por este motivo, quizá, han sido las vacaciones más especiales de estos cuatro últimos años.
La playa solía estar repleta de niños, bebés y no tan bebés que apenas podían andar por la arena y eso nos hacía soñar un poco con la idea de que el año que viene, si Dios quiere, uno de esos bebés sería el nuestro. Le pondríamos cremita por todo el cuerpo, un gorrito para protegerle del sol y le daríamos su primer bañito en la orilla del mar. Bufff, una pasada...
No nos gusta adelantar acontecimientos, pero supongo que a todos los que tenéis hijos os habrá pasado algo similar: haber estado en un sitio sabiendo que cuando vuelvas meses después, lo vas a disfrutar de una manera completamente diferente. ¡Qué ganas!

Aún nos quedan 8 días de vacaciones, pero no van a a ser días tranquilos; todo lo contrario. Tengo cita para la prueba del azúcar, una ecografía 4D, empezar a mirar cunitas y carritos, comprar alguna cosa de ropa premamá para pasar los últimos meses y de paso, mirar ropita para Daniel... y bueno, más cosas que tengo pensado hacer ahora porque seguro que después me faltará tiempo...

Os dejo alguna fotito de las vacaciones para que veáis también la evolución de mi tripota, y también, dar un poco de envidia, por supuesto.












Cada vez se nota más... no sabemos si parará de crecer... Lo que sí he conseguido saber es que con estas proporciones es más fácil perder el equilibrio aunque no lo quieras, y ya llevo tres caídas este verano.
Para los aprensivos: no han sido más que caídas "tontas", de rodillas y de culete. 
Espero que con tres sea suficiente.

Besos a tod@s


Cerrado por vacaciones

   Lo dicho: nos vamos de vacaciones que este año nos lo merecemos muchísimo. Después de todo el veranito currando mientras los demás os tumbábais a la bartola en playas de aquí y allí, estos futuros papitos se van a tomar un descanso a partir de mañana (esta tarde toca hacer maletas). No os pongáis tristones que volveremos pronto contando nuestras experiencias playeras, nuestras primeras clases prenatales, reportajes 4D y muchas cosas más...


¡Queda claro, no?!





¡¡¡Besos a todos y a todas!!!

Papito

   Tras la frikada de la entrada anterior (últimamente se nos va mucho la pinza), quiero hablar del papel tan importante que adquiere la parte masculina de la pareja en esto del embarazo.
Una vez que comienzas a asimilar que estás viviendo una nueva situación de cambio en tu vida y que mes a mes va a más, no podéis imaginar la de cosas que se te pasan por la cabeza.

   Todo el mundo dice que ser padre es la parte más "divertida" de formar una familia. No tienen que sufrir con el parto, no tienen que llevar un bebé dentro y someterse a cambios en su cuerpo y en su metabolismo, no se estresan-agobian cuando llega el día D / hora H, y además, solo tienen que dedicarse a observar lo bonito que es su hijito cuando nace y cogerle de la manita o hacerle monerías, porque la mami ya se encarga de darle de comer, de bañarle, de cambiarle, etc, que para eso está de baja maternal y el papi, sin embargo, se va a currar y sigue con su rutina habitual.

Y yo, reivindico todo esto.

Es cierto que los padres tienen un papel menos traumático que la madre, pero no por eso es el papel más "divertido". Considero que el padre, una vez que su pareja está embarazada, pasa a un segundo plano y que todas las atenciones van dirigidas a ella y al bebé (lógico y normal), pero los padres también tienen su corazoncito. 
Un padre se pierde muchas cosas en cuanto a la conexión con su bebé. Un padre no puede llevar durante nueve meses a su hijito dentro y sentirlo como algo suyo. No siente cómo crece ese pedacito de uno mismo al que quieres tanto sin conocerlo todavía. No pueden ilusionarse de la misma manera porque como dicen las madres: hay que vivirlo para saberlo.

Aún así, un padre comparte. Quiero decir: comparte sensaciones, angustias, cambios, frustraciones, alegrías, visitas al médico, sueños, aspiraciones y anhelos, porque debe y QUIERE estar ahí. No desea otra cosa que vivir todo el proceso en la medida de lo posible, preocupándose por lo que está a punto de llegar y por lo que ya está aquí, es decir, la madre de sus hijos. A veces es díficil para él ver como tu pareja siente cosas, buenas o malas, y no poder hacer nada más que respirar hondo, sonreír y dar todo el apoyo que ella necesite en ese momento. Porque un padre no sabe, no entiende de qué va esto...
A una madre no le gusta pasar malos momentos, pero a un padre tampoco (y viceversa). Si hay que pasarlos, se pasan. Si experimentaran ellos la parte del embarazo y del parto, quizá no lo soportarían, pero ¿quién sabe? Eso aún no se ha demostrado. Lo que no soportan, y eso sí está demostrado, es ver a las personas que más quieren pasando un mal momento.
Y por supuesto que a un padre también le gusta disfrutar de sus hijos cuando nacen. De eso no hay ninguna duda. Darle de comer, bañarle, cambiarle, levantarte por la noche cuando llora... Todo eso, sí pueden hacerlo y tener que irse a currar para seguir su rutina habitual porque no disponen de tantos días de baja paternal como la madre, es injusto. Un padre se pierde cosas, quizá los momentos más bonitos, los comienzos, el aprender a criar, entender y conocer a tu bebé. Si no pueden experimentarlo desde el principio, para ellos existe otro principio que es cuando nace. A partir de ahí, un padre comienza a tomar protagonismo e independientemente de lo que piense todo el mundo del que hablaba al empezar a escribir esta entrada, para tomar ese protagonismo, un padre tiene que querer.

Y yo, QUIERO.

DANI

¡¡¡Extra, extra!!!

   Hace 5 meses y dos semanas, se concebía a un niño que iba a ser la delicia de sus papitos. Ellos, ajenos a la alegría que les iba a suscitar la noticia, dejaban pasar los días, encontrando el placer de la vida en otro tipo de sensaciones, sencillas y cotidianas, y no se imaginaban que todo eso cambiaría de la noche a la mañana, en un minuto, en un segundo... A mejor, por supuesto.
Ella, 30 años, mujer fuerte y decidida a la vez que insegura, siempre necesita contar con el apoyo de los suyos, pero una vez que lo tiene, nada la hace retroceder.
Él, 27, sensato, vivaz e impulsivo a la vez que testarudo, de ideas fijas; es el mayor apoyo para ella y él lo sabe, lo que le permite multiplicar su propia seguridad por infinito.

   Dos personas diferentes pero iguales, con un punto en común, el más importante de todos: UN NIÑO.
Un niño que hereda lo mejor de cada uno. Un niño que ha sabido penetrar todas las barreras, sin herramientas. Un niño, un varón, un machote, un superhéroe aún por definir... Pequeño Daniel, tus uniformes te esperan...


¡TÚ DECIDES!









En homenaje a sus titos Desirée, Antonio y Fátima.
Gracias.




Porque una imagen vale más que mil palabras...


No podéis imaginaros lo felices que estamos. Hoy 17 de Agosto de 2012, os presentamos a Daniel, nuestro hijo. Nos ha sorprendido mucho que nos hicieran una 4D en el hospital, pero ha sido el regalo más maravilloso del mundo.

Nervios

   Estoy como si fuera a pasar el examen más difícil de toda mi vida, y eso que solo tiene una pregunta... y yo no voy a ser quién la conteste... qué cosas...
   Según los sondeos, es decir, vuestros votos, va a ser una NIÑA. Saldremos de dudas en unas horas, o a lo mejor voy a tener que esperar a la ecografía 4D, que aún no tengo fecha pero que me gustaría hacerla en el mes de Octubre, cuando vuelva de mis merecidísimas vacaciones.
   Ale, os dejo con la "intringulis"...

Seguiremos informando...


¡Shhhhhhh!

   ¿Sabéis eso que se dice de que cuando te estás haciendo pis y alguien te hace el típico ruidito de "Shhhh" te entran más ganas de encontrar un baño lo antes posible? Pues por lo visto, es una técnica procedente de Taiwan que utilizaban (o siguen utilizando) para acostumbrar a los bebés de hasta 7 u 8 meses a realizar sus necesidades urinarias, mediante la asociación de ese ruidito con la acción de hacer pipí. 
   Pues bien, hace poco, mi compañera Rosa me dio a leer este artículo que había encontrado en internet. Es bastante curioso y os animo a que lo leáis.



   Sinceramente, pienso que es difícil y que se necesita tener mucho "tiempo de estudio" de tu bebé. Bastante tienen las mamis con saber cuándo llora y por qué lo hace, darles de comer, bañarlos, dormirlos, etc., como para tener que observar además, a qué hora hacen pis y cuánto tiempo tardan en hacerlo desde que han comido.

Oye, que todo es ponerse, que ya que estás tan pendiente de tu bebé cuando nacen, total, por una cosa más... y así te ahorrarás en pañales un dineral desde bien tempranito.


...Si alguien quiere regalarme un cronómetro...xD

  

Ilusión vs. Realidad

   Pues eso, que ayer teníamos tanta Ilusión por ir a la cita con la ginécologa y que hubiera una posibilidad de que nos dijera el sexo del bebé que finalmente... nuestro gozo en un pozo. Tendremos que esperar hasta el día 17 de Agosto. Ya de paso, os decimos la fecha por aquí para que contéis las horas con nosotros ;)

   Ayer me fui a trabajar como todos los días, pero como un día distinto a los demás. Sabía que sobre las 10.30 tenía que salir pitando para coger el cercanías y llegar a Zarzaquemada donde Dani me estaba esperando. Llegamos a la consulta con 10 minutos de antelación a nuestra cita pero iba bastante rápido y no tardamos mucho en entrar.
   Comenzó contándonos que los análisis y la citología estaban muy bien y que me recetaría un suplemento de hierro para que me lo tomara todos los días, hasta nuevo aviso (siempre he tenido el hierro un poco bajito).
Mi grupo sanguíneo es A+. Lo sabía de antes, pero no al 100%. Me tomó la tensión, 11/6, perfecta; y me pesó: 64 kilitos. He engordado 4 kilos y medio en los 5 primeros meses de embarazo. No está mal.
Cada vez que la doctora me daba un resultado, acababa la frase con un "Muy Bien", como en el cole. Así da gusto ir al médico.
Después escuchamos el corazón del bebé. Esta vez no nos dio tiempo a grabarlo, y para colmo, nos asustamos un poco al principio porque no se escuchaba nada. Pasó el aparatito por varias zonas de mi tripa y finalmente, pudimos escucharlo bien, fuerte y decidido, pero reconozco que esos cinco segundos que tardó en encontrarlo fueron los más largos de mi vida.


   Y esa es la Realidad: Todo va bien; nuestro bebé está sano y eso es lo que más nos importa, y yo estoy hecha un roble, ¡¡¡qué conste!!! :) Cada vez más tripuda, pero sanota, al fin y al cabo.


Aún así, no podemos dejar de ilusionarnos... 17, 17, 17, 17...
  

El Protocolo de Trabajadoras Embarazadas

   Hace unos días, el departamento de Salud Laboral de mi centro de trabajo me pasó una ficha informativa para conocer los riesgos a los que estoy expuesta ahora que estoy embarazada y para adoptar las medidas necesarias para la mejora de las condiciones de mi puesto de trabajo.

   Menuda lista de riesgos con sus correspondientes medidas correctoras... Os daré algunos ejemplos:

Riesgo: Caída a distinto nivel. Medida: No realizar actividades que puedan provocar caídas. (¡Toma ya!). No utilizar escaleras manuales, taburetes, etc. Precaución en el uso de escaleras fijas. (que tú no lo eres).

R: Lumbalgias motivadas por factores laborales. Dolores de espalda. M: No coger peso de más de 10 kgs. Descansar periódicamente sentada. Control del peso personal y practicar algún ejercicio o deporte que aumente la capacidad física (¡Que me voy a las Olimpiadas!).

R: No exponerse a productos químicos. M: leer las etiquetas de los productos y en caso de anomalías, comuníquelo (hoy me he pintado con el boli en un dedo). Las embarazadas no deben manipular productos químicos (ahí quería llegar yo).

R: Golpes con distintos objetos del mobiliario. M: Ser consciente de la existencia del riesgo (gracias, todavía no era consciente de ello). Mantener el orden en torno a los útiles del puesto de trabajo. No realizar los trabajos con precipitación (luego dicen de los funcionarios).

R: Estrés. M: Evitar alterar sus hábitos de conducta (ni me hables. Si tú, ya sabes quién). Establecer descansos periódicos y realizar ejercicios para favorecer la circulación. Afrontar positivamente las presiones del entorno (mamá-trabajadora-deportista-neohippie).

Y ya... que no quiero aburriros más.
Tuve que firmar un documento e informar de la semana de gestación en la que me encontraba y debí pasarlo con nota, porque hoy, mirad lo que me ha traído mi compi de Salud Laboral:


No, la silla ya la tenía, jo, que no trabajo de pie. Los recortes no han afectado al mobiliario, de momento. Me refiero a que por estar embarazada me han traído ese respaldo negro que mantiene recta la espalda y en la parte más baja descansan los riñones. Qué pena que sólo te lo pongan en estos casos, porque para todos los que trabajamos delante del ordenador 8 horas o más, es una maravillosa idea para no resentirnos de la zona lumbar. ¿Un punto "negativo"? Aguantas más tiempo sentada, por lo que eres más productiva trabajando. En el fondo es como una mini-trampa. Es tan cómodo que no quieres ni levantarte...
¡Vaya! y yo que ya estaba pensando en darme la baja...  jeje..

4 meses y medio

   ¡¡¡Estoy (estamos) de 4 meses y medio!!!
Según los expertos,  el bebé se mueve más, flexiona casi constantemente sus brazos y sus piernecitas y yo debería notar esos movimientos, pero aún no noto nada... ¡jo!
Lo mejor de todo es que sus órganos sexuales ya deben de estar formados y si me hicieran la ecografía ahora mismo, quizá podrían decirme si es niño o niña. Bueno, que no quiero ser muy pesadita con este asunto. Cómo véis estoy un poco obsesionada, pero supongo que es normal.
El bebé pesa alrededor de 200 grs. y mide unos 14 cm aproximadamente. ¡¡Ya no es tan garbancito!!

   Últimamente, tengo muy mala memoria. Se me olvidan la mayoría de las cosas y, aunque son subsanables, me da mucha rabia porque yo siempre he tenido una agenda mental impecable, al menos para las cosas importantes. Pero es que cada vez soy más olvidadiza...
Tengo que decir que estoy llevando un embarazo muy bueno. No tengo naúseas, ni vómitos, ni mareos, pero si es cierto que he notado más cansancio, dolor de piernas e hinchazón de pies. Sobre todo la semana que tuvimos aquella ola de calor insoportable.
Algunas noches han sido horribles para dormir y eso me ha llevado a estar más cansada y somnolienta durante el día lo que repercute directamente a mi atención.
Tanto que, de un día para otro he olvidado hasta conversaciones con mis amigos y felicitaciones de cumpleaños. Desde aquí quiero deciros a todos que me disculpéis.

   Donde "peor" lo paso es en el trabajo, porque mi compi, Alicia, está de vacaciones y ahora me toca estar al frente en la oficina y para colmo, estas dos últimas semanas de julio están siendo de lo más moviditas. Así que intento concentrarme lo máximo posible durante las 7 horas y media que paso aquí sentada, pero a veces necesito un "kit-kat" para escribir en este, mi querido blog.

   A todos aquellos quienes estéis vivendo una época para recordar, os aseguro que escribir cada momento para que se mantenga en el tiempo de alguna manera, es la mejor de las opciones.
No quiero olvidar nada de estos 9 meses hasta que nazca el bebé y otros tantos meses más que señalen algún acontecimiento importante una vez que haya nacido.
Y aunque a veces resulte un poco "raro" explicar sentimientos tan íntimos, creo que es necesario compartirlos porque, en cierta forma, todos vivís con nosotros esta nueva experiencia.


¡¡¡Estamos de 4 meses y medio!!!... Sí... No... Sí, sí... eso: de 4 meses y medio... ¡¡¡¡ay, qué cabezaaa!!!!


Leyendas urbanas

   Cada vez queda menos para saber el sexo del bebé... ¡Qué ganas tenemos!
Por la noche, antes de dormirnos, solemos hablar de ello, de los cuidados, de la ropita, de la cuna, de la habitación cuando nos vayamos al otro piso, del cochecito, de pañales, de papillas, de cuando tenga pesadillas, de cuando vaya al cole, de su primera novia/novio, de cuando vaya a la universidad... en ese momento nos damos cuenta de que desvariamos un poco y que mañana será otro día. En fin... papitos...

   Pero desvariar, lo que se dice des-va-riar, es típico de la cantidad de conocidos que ya se han puesto manosalaobra para adivinar si tendremos niño o niña. Y es que hemos escuchado de todo, y cuando decimos de todo, queremos decir exactamente eso: DE TODO.

   - Forma de la barriga: esto es lo más común entre el "gremio" de las embarazadas. Si tienes la barriga picuda, será niño y si la tienes más redondita y repartida por los lados, será niña. (¿o era al revés?). Por lo visto, cada persona te dice una cosa en función de lo que haya oído o leído "en algún sitio"...

   - La mamá: suele decirse que si llevas un embarazo en el que brillas con luz propia, estás radiante, guapa, hermosa, darás luz a un niño y que si, por el contrario, estás más demacrada, te salen granos y espinillas y tu piel no luce, entonces será niña, ya que éstas le roban cierta belleza a la madre desde el interior. Bonito, ¿eh? Pues si te dicen que vas a tener una niña guapísima, no lo pienses y vete a la pelu, a la esteticista y hazte unas cuantas limpiezas de cutis... ah! y no prescindas del maquillaje porque estás que das penita... a ver si te cuidas, jolín...

   - Los antojos: si tienes antojos como si no los tienes, eso no determina nada sobre el sexo del bebé. Lo que lo determina es tener antojos de alimentos dulces o de alimentos salados. Sí, sí, como lo leéis, si te da por el dulce, nena, y si te da por lo salado, nene. Conclusión: vas a engordar igualmente.

   - Pellizcar la barbilla o cerrar el puño: es buenísimo. Esto lo decíamos mis amigas y yo cuando éramos pequeñas y jugábamos a adivinar el futuro. Pero el otro día  un señor mayorcete compañero de trabajo me propuso este juego como si fuera un hecho científico. ¡Qué cosas nos creemos! Lo de "pellizca la barbilla" consiste en cogerte la barbilla entre el dedo índice y pulgar y apretar. Si sale una rajita, serás mamá de una niña. Si no sale nada, será niño.
Lo de "cerrar el puño" es para observar cuántas arruguitas te salen en la unión del dedo meñique con la palma de la mano, justamente en el canto. No os puedo decir cuántas hay que tener para que sea niño o niña porque nunca presté atención a este juego.

Hay muchas más leyendas urbanas como la del calendario chino en el que hay que saber la edad de la madre y el mes de la concepción del bebé para poder averiguar el sexo; o la numerología, en el que sumando las letras de los nombres del padre y de la madre determinará si es niño o niña dependiendo del número que resulte, siendo éste superior o inferior a una determinada cifra.

Pues bien, según todo esto (y más cosas de las que ahora no me acuerdo) yo tendría que tener un bebé hermafrodita... ¡¡¡No se aclaran!!!

¿Conocéis alguna leyenda o cábala más?
¿Qué pensáis que tendremos Dani y yo?


...¡se aceptan apuestas!


El nombre

   Dani y yo llevamos saliendo casi 4 años. Dicen que los polos opuestos se atraen pero yo no estoy de acuerdo con esa afirmación. Las parejas tienen que tener cosas en común, las máximas posibles, y mirar la vida en la misma dirección, si no, difícilmente puede funcionar.
En fín... a lo que voy: que Dani y yo siempre hemos tenido claro que queríamos formar una familia. Y, por supuesto, eso implica que más de una vez hemos soñado despiertos, justamente con el momento que estamos viviendo, y ahora, este momento se ha hecho realidad.
En muchas de esas conversaciones se han barajado infinidad de nombres para el bebé y ante lo difícil que es a veces ponerse de acuerdo entre tantas opciones, decidimos que Dani elegiría el nombre para niño y yo el nombre para niña.
   Pues bien, Dani, como es normal, quiere llamarle Daniel. A mí no me parece mal porque el nombre es precioso, pero me echa un poco para atrás que mi hijo se llame igual que su padre.

- Hola, quería hablar con Daniel.
- Sí, ¿padre o hijo?

Por supuesto, es su ilusión y yo no voy a ser la encargada de quitársela. (Oyeee, no pienses que con esta entrada estoy intentando hacerte cambiar de opinión, ¿eeeh? Decides tú y sabes que me va a gustar igualmente).

   Otra de sus opciones para niño es Fran. Pero no Francisco, ni Paco; Fran. A Dani le gustaría ponerle el nombre de su padre y yo estoy encantada con esa idea porque mi abuelito materno se llamaba así también, y aunque se murió cuando yo tenía 8 años, me acuerdo perfectamente de él. Nos unía un vínculo especial.
Solamente aceptamos el apócope porque Francisco y Paco nos parecen demasiado comunes y suele dar lugar a diminutivos, variantes o rimas que no nos gustan nada, como Paquito o Pancho o Francis. Y Fran... es simplemente, Fran.

   Y ahora vienen los míos, los de niña. Siempre supe que si algún día tenía una niña la llamaría Gemma. Pero me pasa lo mismo que con Francisco. Luego la llamarían Gemita o Gemi y es algo que quiero evitar a toda costa. Por tanto, ¿qué nombre superhipermega bonito se parece a Gemma y no admite variantes ni diminutivos ni rimas? Emma. Y algunos pensaréis: Claro, como te gusta tanto Friends y así se llamaba la hija de Rachel... Pues por una parte sí, esa serie me dio la idea y no pudo ser más acertada. Me encanta.
   Pero... yo también tengo una segunda opción, y aunque siempre he tenido claro lo de llamarla Emma, hay un nombre que cada día que pasa me gusta más y sinceramente, como quiero tener más hijos en un futuro no muy lejano, como tenga dos niñas, le pondré este nombre a la segunda seguro, seguro, segurísimo. No es muy común y aunque es largo, sigue las normas que busco en eso tan importante que nos marca para siempre: no admite variantes, ni diminutivos, ni rimas. El nombre es Valeria. Cuantas más veces lo pronuncio, más bonito me parece.

   Ahora nos falta saber el sexo del bebé, porque ya que ambos tenemos dos opciones, creo que cuando llegue el momento en que nos digan si es niño o niña, sabremos perfectamente qué nombre elegir, y más aún, cuando veamos por primera vez su carita.

Una de camisetas...

¡Buenos días!

He estado navegando por internet durante un buen rato con un solo objetivo: encontrar camisetas molonas para bebés. Os dejo aquí puestas las fotos de unas cuantas. Son de la página latostadora.com (en el apartado, Frikillos) No he podido resistirme...


 


Para no crear confusión






Aviso, ¿eh?











De niña... y de niño









Igualito a su padre
(lo de PleyEsteision es genial)





         

Para mami




Para papi


 
Para abuelitos


Para abuelitas






Para los bebés más frikis








Y de Superhéroes... no podían faltar


Por supuesto, hay un millón de páginas y un millón de camisetas con mensajes molones, pero éstas son las que más me han llamado la atención, de momento... Conociendo a Dani, seguro que a nuestro peque le caerá alguna...
¡¡¡Besos a todos y feliz martes!!!