Todo salió bien, nuestras familias y amigos disfrutaron muchísimo. Daniel estaba un poco confuso, porque con un año y medio recién cumplido, el pobre no entendía muy bien lo que estaba pasando, pero se portó estupendamente y no hubo que improvisar en nada.
Ese día no marcó un antes y un después como le suele pasar a todas las parejas que quieren dar ese paso. Nosotros ya formábamos una familia y nuestro deseo era formalizar la situación y reunir a todos para que fueran testigos de que algo que llegó por sorpresa, sin preaviso, nos transformó en lo que hoy somos y en lo que ese día mostramos ser.
Después nos fuimos de luna de miel con Daniel, algo que también iba a ser diferente, pero fueron las mejores vacaciones que pudimos imaginar. No queríamos perdernos ni un momento de nuestro hijo y decidimos llevarle con nosotros. Luego empezaría primer ciclo de la Escuela Infantil, una nueva etapa bien superada, para la que tendría que hacer otro blog aparte y explicar paso a paso cómo le ha influido todo este año para llegar a ser el hombrecito que es ahora y prepararse para el temido segundo ciclo.
Resumiendo, 2014 ha sido una sucesión de momentos muy especiales y emotivos, algunos muy buenos, otros no tanto. Y 2015 no se iba a quedar atrás, no.
En febrero mis cuñados anunciaron que esperaban un bebé. ¡Un primito o primita para Daniel!
En marzo me entero de que yo también espero un bebé. ¡Un hermano o hermanita para Daniel!
En julio viví dos de los peores momentos de mi vida en menos de una semana, de los que prefiero no hablar aunque sí recordar.
Y ¿qué decir de ese calor sofocante que se agravaba con una barriga enorme y unos pies un poco hinchados? Porque, aunque ya estaba de baja por riesgo laboral, el hecho de no tener que ir a trabajar con ese cansancio, no haría que se convirtiera en el mejor mes del año. Lo único a destacar es que he podido pasar el verano entero con mi hijo, y es que, como ya os he dicho antes, en septiembre empezaría EL COLE.
... Septiembre, vamos a quedarnos ahí. Más adelante volveré con revisiones, médicos, el sexo del bebé, la elección del nombre y alguna cosilla más.
Resumiendo, 2014 ha sido una sucesión de momentos muy especiales y emotivos, algunos muy buenos, otros no tanto. Y 2015 no se iba a quedar atrás, no.
En febrero mis cuñados anunciaron que esperaban un bebé. ¡Un primito o primita para Daniel!
En marzo me entero de que yo también espero un bebé. ¡Un hermano o hermanita para Daniel!
En julio viví dos de los peores momentos de mi vida en menos de una semana, de los que prefiero no hablar aunque sí recordar.
Y ¿qué decir de ese calor sofocante que se agravaba con una barriga enorme y unos pies un poco hinchados? Porque, aunque ya estaba de baja por riesgo laboral, el hecho de no tener que ir a trabajar con ese cansancio, no haría que se convirtiera en el mejor mes del año. Lo único a destacar es que he podido pasar el verano entero con mi hijo, y es que, como ya os he dicho antes, en septiembre empezaría EL COLE.
... Septiembre, vamos a quedarnos ahí. Más adelante volveré con revisiones, médicos, el sexo del bebé, la elección del nombre y alguna cosilla más.
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