Y mi hijo con más razón, si cabe.
Los que seguís el blog, sabéis que con Daniel tuvimos claro que se llamaría así porque era la ilusión de su papi. Si hubiera sido niña, se hubiera llamado Emma.
Ahora que sabemos que vamos a ser padres por segunda vez y que hay muchas posibilidades de que sea niño, en el caso de que fuera niña, el nombre de Emma sigue encabezando la lista. Pero el de niño, ya no lo tenemos tan claro.
Siempre nos gustó pensar que cuando tuviéramos un segundo hijo le llamaríamos Fran, por mi abuelo y por mi suegro. Pero con todos los nombres que hay, nos echa para atrás repetir de nuevo un nombre en la familia, así que decidimos hacer una nueva lista de nombres de bebés varones.
No ha sido fácil dar con un nombre que nos gustara a los dos. A Dani le gustaban unos y a mí me gustaban otros, y Daniel aún es demasiado pequeño para elegir un nombre, con argumentos. Seguramente nos diría que le pusieramos Superman o Batman y con el apoyo de su padre, yo estaría perdida en esta batalla...
Los nombres que nos gustaban eran Abel, Iván, Tadeo y Simón, pero no hubo consenso con ninguno de ellos.
No, no nos poníamos de acuerdo, hasta que un día diciendo varios nombres al azar, papi dijo: Miguel.
... Miguel. Lo repetí en voz alta unas cuantas veces: Miguel.... Daniel y Miguel... Miguel Martín Campo... Me gusta. Me gusta mucho, y cada vez sonaba mejor. Un nombre como a mí me gustan, con personalidad, corto, bonito, clásico y sencillo.
Además, uno que nosotros conocemos bien va a estar encantado con esta decisión.
Y que nos salga la mitad de artista que él... ¡jejeje!
¡30 añitos, papi!
El número 3 me encanta. Mi madre y yo cumplimos años el día 30 y 31, repectivamente, en el tercer mes del año (marzo). Me convertí en madre con 30 años y vuelvo a hacerlo con 33.
Este mes de diciembre mi hijo cumplirá 3 años y está para comérselo...
Tengo tres hermanos a los que adoro y tres sobrinos guapísimos y bonitos en todos los sentidos. Habrá tres hombres custiodando mi hogar dentro de nada. En fín, que podría hablar largo y tendido sobre cómo influye en mi vida este guarismo, pero a lo que voy:
Un día que no puede pasar desapercibido en este blog es el cumpleaños de papi. El día 14 de mayo cumplió los 30 años, dejando atrás la veintena y pasando a formar parte del grupo de los treintañeros.
Ahora papi me gusta más que antes :)
Después de hacer muchas cábalas sobre cómo prepararle una fiesta sorpresa, me decanté por reunir a su familia y amigos más íntimos en la sala de juntas que hay en nuestra urbanización.
El tema que elegí para la fiesta fue sobre superhéroes, sobre todo, porque a Daniel le encantan.
Era jueves y el viernes era festivo, así que cogí el día libre en el trabajo para prepararlo todo.
Ambienté la sala con un photocall y accesorios de disfraces de héroes del cómic, algunos comprados, otros hechos a mano. Comida, bebida y listos.
Dani pensó que no iba a tener ni siquiera una pequeña celebración, por ser un día de diario y justo antes del puente de San Isidro en el que la gente aprovecha para irse al pueblo o a pasar unos tranquilos días donde sea.
- Pues vamos nosotros tres a tomar algo y a celebrar tu cumple, papi. Y nos fuimos. Pero cuando bajábamos en el ascensor le tapé los ojos con un pañuelo y le llevé directamente a la puerta de la sala donde todos estaban esperando, en silencio, dispuestos a gritar un súper ¡FE-LI-CI-DA-DES! al recién estrenado treintañero.
La fiesta fue muy divertida. Todos trajeron una foto de papi de cuando era pequeño para hacer un pequeño álbum recopilatorio de recuerdos. Todos quisieron participar en ese regalo tan especial y tuvo un gran éxito, con risas aseguradas y con la emoción de Dani que no dejó de sonreír ni un momento aquella tarde.
Dejo unas fotos que lo demuestran:
Este mes de diciembre mi hijo cumplirá 3 años y está para comérselo...
Tengo tres hermanos a los que adoro y tres sobrinos guapísimos y bonitos en todos los sentidos. Habrá tres hombres custiodando mi hogar dentro de nada. En fín, que podría hablar largo y tendido sobre cómo influye en mi vida este guarismo, pero a lo que voy:
Un día que no puede pasar desapercibido en este blog es el cumpleaños de papi. El día 14 de mayo cumplió los 30 años, dejando atrás la veintena y pasando a formar parte del grupo de los treintañeros.
Ahora papi me gusta más que antes :)
Después de hacer muchas cábalas sobre cómo prepararle una fiesta sorpresa, me decanté por reunir a su familia y amigos más íntimos en la sala de juntas que hay en nuestra urbanización.
El tema que elegí para la fiesta fue sobre superhéroes, sobre todo, porque a Daniel le encantan.
Era jueves y el viernes era festivo, así que cogí el día libre en el trabajo para prepararlo todo.
Ambienté la sala con un photocall y accesorios de disfraces de héroes del cómic, algunos comprados, otros hechos a mano. Comida, bebida y listos.
Dani pensó que no iba a tener ni siquiera una pequeña celebración, por ser un día de diario y justo antes del puente de San Isidro en el que la gente aprovecha para irse al pueblo o a pasar unos tranquilos días donde sea.
- Pues vamos nosotros tres a tomar algo y a celebrar tu cumple, papi. Y nos fuimos. Pero cuando bajábamos en el ascensor le tapé los ojos con un pañuelo y le llevé directamente a la puerta de la sala donde todos estaban esperando, en silencio, dispuestos a gritar un súper ¡FE-LI-CI-DA-DES! al recién estrenado treintañero.
La fiesta fue muy divertida. Todos trajeron una foto de papi de cuando era pequeño para hacer un pequeño álbum recopilatorio de recuerdos. Todos quisieron participar en ese regalo tan especial y tuvo un gran éxito, con risas aseguradas y con la emoción de Dani que no dejó de sonreír ni un momento aquella tarde.
Dejo unas fotos que lo demuestran:
¡Feliz 30 cumpleaños, papá! Para nosotros siempre serás un Superman.
Te queremos.
Te queremos.
Ecografía de las 12 semanas. Dos hombres y un destino.
Otra vez con nervios. Justo antes de la cita con el médico me pongo atacada. Me empieza a doler el estómago, pienso que algo no va bien y me duele aún más. No tengo hambre, pienso que no comer es malo para el bebé, pero no me entra nada, así que mejor no probar bocado hasta después de la revisión. Más nervios. ¿Por qué darán las citas tan tarde?Era la ecografía de las 12 semanas (y triple screening).
Entramos a la consulta. Ecógrafa y enfermera sentadas tras la mesa. Un montón de preguntas acerca de nuestra historia médica, alergias, enfermedades importantes en la familia, grupo sanguíneo, datos sobre el parto de Daniel... - Muy bien. Pasa detrás de la cortina y túmbate en la camilla. Vamos a realizarte una ecografía.
Escuchamos un montón de números y medidas que la enfermera va apuntando en el informe. Todo va bien. Perímetro craneal, Longitud del fémur. Posición. Gestación ÚNICA. ¡Bien!
- ¿Queréis saber el sexo?
- Sí, claro. Si se ve bien...
- Tenéis un niño, ¿verdad? Pues creo que este también es un niño. Os lo confirmarán en la ecografía de las 20 semanas porque no queremos adelantar nada tan pronto. pero haceros a la idea de que es un varón.
Posiblemente varón. Escribió la ecógrafa al final del informe. Más clarito, agua. Comenzamos a reír como dos idiotas cuando salimos de la consulta. Pensábamos que la idea de tener una niña y que nos dijeran lo contrario iba a sentarnos como un jarro de agua fría, pero nos encantó pensar que Daniel podría tener un hermano con el que compartir más cosas que con una hermana. Mis dos hombrecitos. Ya podemos empezar a pensar en nombres pero antes... ¡Vámonos a desayunar, papi!
Entramos a la consulta. Ecógrafa y enfermera sentadas tras la mesa. Un montón de preguntas acerca de nuestra historia médica, alergias, enfermedades importantes en la familia, grupo sanguíneo, datos sobre el parto de Daniel... - Muy bien. Pasa detrás de la cortina y túmbate en la camilla. Vamos a realizarte una ecografía.
Escuchamos un montón de números y medidas que la enfermera va apuntando en el informe. Todo va bien. Perímetro craneal, Longitud del fémur. Posición. Gestación ÚNICA. ¡Bien!
- ¿Queréis saber el sexo?
- Sí, claro. Si se ve bien...
- Tenéis un niño, ¿verdad? Pues creo que este también es un niño. Os lo confirmarán en la ecografía de las 20 semanas porque no queremos adelantar nada tan pronto. pero haceros a la idea de que es un varón.
Posiblemente varón. Escribió la ecógrafa al final del informe. Más clarito, agua. Comenzamos a reír como dos idiotas cuando salimos de la consulta. Pensábamos que la idea de tener una niña y que nos dijeran lo contrario iba a sentarnos como un jarro de agua fría, pero nos encantó pensar que Daniel podría tener un hermano con el que compartir más cosas que con una hermana. Mis dos hombrecitos. Ya podemos empezar a pensar en nombres pero antes... ¡Vámonos a desayunar, papi!
El hermano mayor
Emociones a flor de piel.
Una nueva vida nacía dentro de mí y Daniel iba a ser testigo de todo esto. Dani y yo estábamos super ilusionados.
Tras la primera cita con la tocóloga para que nos confirmara que todo estaba bien, se lo contamos a nuestras familias, ecografía en mano, una ecografía en la que solo se apreciaba una manchita cuyo corazón latía como un caballo desbocado. Era doble la alegría pues nuestro bebé iba a llevarse un par de meses con el bebé de Antonio y Fátima. Dani iba a ser tito poco antes de ser padre por segunda vez. Incluso, íbamos a poder estudiar un poco la reacción de Daniel ante un nuevo niño o niña en la familia, ya que lleva casi tres años siendo "el rey de la casa" y nohayquienletosa :)
Como ya os había contado antes, muchos cambios estaban sucediendo.
Los abuelos, tanto mi madre como mis suegros, se alegraron por nosotros pero reconocieron que lo primero que se les venía a la mente era Daniel. Durante varias semanas no dejé de escuchar:
- Pobrecito mi niño... Qué mal lo va a pasar... Se va a convertir en el hermano mayor... Pobrecito...
Vale, sí, pero también hay cosas buenas. Sé que hablan desde la voz de la experiencia. Tener un hermanito/a no tiene que ser fácil para ningún niño. De repente, todas sus cosas van a tener que ser compartidas con alguien que aparece por arte de magia en su vida, en su casa, en su habitación de los juguetes, y tendrá el mismo derecho que él a coger todo lo que se le antoje sin que nadie ponga remedio. Y para colmo, en algunas horas del día, tendrán que prestarle toda la atención porque es el peque o la peque y él es el mayor y tiene que saber esperar. Verá a su familia jugando con él o con ella del mismo modo que juegan con él. Verá como sus padres le dejan en el cole y se llevan en el coche a esa cosa diminuta que ni se mueve y que le está haciendo la vida muy complicada.
... ¡Uff! no me lo quiero ni imaginar... Sin embargo, a veces miro a Daniel atentamente y pienso que sí, que puede llevarlo un poco mal al principio, pero con cariño y paciencia, y haciéndole partícipe de cada momento con el bebé, podemos conseguir de él cosas maravillosas... y no es porque sea mi hijo, pero es un niño tan bueno que solo puedo esperar cosas positivas de todo esto. Además, le viene bien tener a alguien con quien jugar y pelear, y compartir, y relacionarse ya que después del colegio, las tardes de invierno son durillas y estar en casa todo el rato sin poder bajar al parque con los amigos, papá trabajando y mamá... ¡jo! ¡qué pesada mamá!
Sí, ya va siendo hora de ampliar la familia. ¿Pesada mamá?... ¡Uff! es que no me lo quiero ni imaginar...
Una nueva vida nacía dentro de mí y Daniel iba a ser testigo de todo esto. Dani y yo estábamos super ilusionados.
Tras la primera cita con la tocóloga para que nos confirmara que todo estaba bien, se lo contamos a nuestras familias, ecografía en mano, una ecografía en la que solo se apreciaba una manchita cuyo corazón latía como un caballo desbocado. Era doble la alegría pues nuestro bebé iba a llevarse un par de meses con el bebé de Antonio y Fátima. Dani iba a ser tito poco antes de ser padre por segunda vez. Incluso, íbamos a poder estudiar un poco la reacción de Daniel ante un nuevo niño o niña en la familia, ya que lleva casi tres años siendo "el rey de la casa" y nohayquienletosa :)
Como ya os había contado antes, muchos cambios estaban sucediendo.
Los abuelos, tanto mi madre como mis suegros, se alegraron por nosotros pero reconocieron que lo primero que se les venía a la mente era Daniel. Durante varias semanas no dejé de escuchar:
- Pobrecito mi niño... Qué mal lo va a pasar... Se va a convertir en el hermano mayor... Pobrecito...
Vale, sí, pero también hay cosas buenas. Sé que hablan desde la voz de la experiencia. Tener un hermanito/a no tiene que ser fácil para ningún niño. De repente, todas sus cosas van a tener que ser compartidas con alguien que aparece por arte de magia en su vida, en su casa, en su habitación de los juguetes, y tendrá el mismo derecho que él a coger todo lo que se le antoje sin que nadie ponga remedio. Y para colmo, en algunas horas del día, tendrán que prestarle toda la atención porque es el peque o la peque y él es el mayor y tiene que saber esperar. Verá a su familia jugando con él o con ella del mismo modo que juegan con él. Verá como sus padres le dejan en el cole y se llevan en el coche a esa cosa diminuta que ni se mueve y que le está haciendo la vida muy complicada.
... ¡Uff! no me lo quiero ni imaginar... Sin embargo, a veces miro a Daniel atentamente y pienso que sí, que puede llevarlo un poco mal al principio, pero con cariño y paciencia, y haciéndole partícipe de cada momento con el bebé, podemos conseguir de él cosas maravillosas... y no es porque sea mi hijo, pero es un niño tan bueno que solo puedo esperar cosas positivas de todo esto. Además, le viene bien tener a alguien con quien jugar y pelear, y compartir, y relacionarse ya que después del colegio, las tardes de invierno son durillas y estar en casa todo el rato sin poder bajar al parque con los amigos, papá trabajando y mamá... ¡jo! ¡qué pesada mamá!
Sí, ya va siendo hora de ampliar la familia. ¿Pesada mamá?... ¡Uff! es que no me lo quiero ni imaginar...
2014-2015
El 5 de julio del año pasado nos casamos. Después de un año entero de preparativos, llegó el gran día, y aunque tuvimos que prescindir de algunas ideas respecto al tipo de boda que queríamos y que iba a estar marcada por algunas ausencias un poco dolorosas, hicimos una ceremonia muy personalizada y diferente con el bautizo de Daniel sobre todo, y fue para nosotros el segundo acontecimiento más bonito de nuestras vidas.
Todo salió bien, nuestras familias y amigos disfrutaron muchísimo. Daniel estaba un poco confuso, porque con un año y medio recién cumplido, el pobre no entendía muy bien lo que estaba pasando, pero se portó estupendamente y no hubo que improvisar en nada.
Ese día no marcó un antes y un después como le suele pasar a todas las parejas que quieren dar ese paso. Nosotros ya formábamos una familia y nuestro deseo era formalizar la situación y reunir a todos para que fueran testigos de que algo que llegó por sorpresa, sin preaviso, nos transformó en lo que hoy somos y en lo que ese día mostramos ser.
Después nos fuimos de luna de miel con Daniel, algo que también iba a ser diferente, pero fueron las mejores vacaciones que pudimos imaginar. No queríamos perdernos ni un momento de nuestro hijo y decidimos llevarle con nosotros. Luego empezaría primer ciclo de la Escuela Infantil, una nueva etapa bien superada, para la que tendría que hacer otro blog aparte y explicar paso a paso cómo le ha influido todo este año para llegar a ser el hombrecito que es ahora y prepararse para el temido segundo ciclo.
Resumiendo, 2014 ha sido una sucesión de momentos muy especiales y emotivos, algunos muy buenos, otros no tanto. Y 2015 no se iba a quedar atrás, no.
En febrero mis cuñados anunciaron que esperaban un bebé. ¡Un primito o primita para Daniel!
En marzo me entero de que yo también espero un bebé. ¡Un hermano o hermanita para Daniel!
En julio viví dos de los peores momentos de mi vida en menos de una semana, de los que prefiero no hablar aunque sí recordar.
Y ¿qué decir de ese calor sofocante que se agravaba con una barriga enorme y unos pies un poco hinchados? Porque, aunque ya estaba de baja por riesgo laboral, el hecho de no tener que ir a trabajar con ese cansancio, no haría que se convirtiera en el mejor mes del año. Lo único a destacar es que he podido pasar el verano entero con mi hijo, y es que, como ya os he dicho antes, en septiembre empezaría EL COLE.
... Septiembre, vamos a quedarnos ahí. Más adelante volveré con revisiones, médicos, el sexo del bebé, la elección del nombre y alguna cosilla más.
Resumiendo, 2014 ha sido una sucesión de momentos muy especiales y emotivos, algunos muy buenos, otros no tanto. Y 2015 no se iba a quedar atrás, no.
En febrero mis cuñados anunciaron que esperaban un bebé. ¡Un primito o primita para Daniel!
En marzo me entero de que yo también espero un bebé. ¡Un hermano o hermanita para Daniel!
En julio viví dos de los peores momentos de mi vida en menos de una semana, de los que prefiero no hablar aunque sí recordar.
Y ¿qué decir de ese calor sofocante que se agravaba con una barriga enorme y unos pies un poco hinchados? Porque, aunque ya estaba de baja por riesgo laboral, el hecho de no tener que ir a trabajar con ese cansancio, no haría que se convirtiera en el mejor mes del año. Lo único a destacar es que he podido pasar el verano entero con mi hijo, y es que, como ya os he dicho antes, en septiembre empezaría EL COLE.
... Septiembre, vamos a quedarnos ahí. Más adelante volveré con revisiones, médicos, el sexo del bebé, la elección del nombre y alguna cosilla más.
Por así contarlo...
Cambios que no quieres que ocurran y cambios que no quieres que
ocurran aún. Pensamientos que dan vueltas en tu mente y pensamientos que
prefieres pasar por alto. La mente a veces juega malas pasadas y cuando quieres que
todo cambie te centras en lo que deseas que ocurra pero a veces acaba pasando
justamente (o injustamente) lo contrario. El universo suele confabularse para
llevar a cabo tus deseos más profundos pero cuando se rebela contra ellos, no
hay nada que hacer. Algunos lo llaman mala suerte, yo prefiero llamarlo Destino.
Hay cosas que no puedes eludir y el tiempo me ha enseñado que todo pasa por
algo. Alguien me habló alguna vez de un "avance inexorable de la vida" y me
pareció lo más cursi y/o pedante para una conversación de bar, pero tenía toda
la razón del mundo. La vida hay que vivirla y hay que estar preparado para lo
que nos venga de frente. Vale ya de hacer planes inútiles en un hoy que se rige
por una mera esperanza o motivación creada por nosotros mismos con el fin de que todo mejore a tu alrededor o, simplemente, para que esto sea algo más llevadero sin saber a ciencia cierta si esos planes los vas a poder realizar en un futuro. Vive. Vive como si todo acabara mañana y encara la realidad tal y como viene. Difícil, pero no imposible.
Abre tu mente para lo que el día a día te tiene
preparado. No pienses en lo que puede ocurrir en esa cita del 11 de marzo sobre las 17:30 con tu médico de cabecera.
Acude como si fuera un acontecimiento más. Escucha que debes ir
al baño con un vasito y hacer pis en ese mismo momento para luego pasar a
enfermería y que te saquen de dudas. Hazlo. Pasa y siéntate en la silla del
paciente mientras la enfermera coge el vasito e introduce un palito en él.
Contesta a sus preguntas parahacertiempo que minutos después olvidarás cuando obtengas la única respuesta que
interesa a la única pregunta que has formulado tú. Reconoce la voz de tu marido
y tu hijo en la sala de espera. Desconecta y vuelve a conectar con la voz de la mujer de
la bata blanca que afirma que esperas un bebé y que tus dudas acabaron. Siente
como se llena tu pecho y se amplía tu sonrisa. Siente las ganas de gritar y de
salir de allí para reunirte con los dos hombres de tu vida y contarles la gran
noticia. Asume cómo la vida puede cambiar en 2 minutos, una tarde cualquiera,
en cualquier momento, a cualquier hora. ¡VIVE!
Y lo mejor de todo… COMPÁRTELO.
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