Clases prenatales (V)

Como ya os comenté en entradas anteriores, se tratan varias cuestiones en las clases prenatales, así como cualquier duda que pueda surgirnos a las madres primerizas a lo largo del embarazo. 
A falta de dos clases más, ya se han comenzado a repetir temas que se abordaron en las primeras clases, supongo que para que no haya dudas llegado el momento tan esperado.
Algo que hemos repetido mucho y con lo que la matrona finalmente nos ha soltado un: "bueno, no os preocupéis tanto", ha sido la bolsa del bebé y la bolsa de las mamás, ya que debemos tener previsto todo lo necesario una vez que se nos dé la baja hospitalaria.

Pues bien, hay que llevar dos bolsas: una para el bebé, y otra para la futura mamita, es decir, una servidora.

En la bolsa del bebé no puede faltar:
* 3 ó 4 bodies. Uno de manga larga y dos o tres de manga corta.
* Un gorrito.
* Unos patucos.
* Unas manoplas. Esto nos hace mucha gracia. Porque por lo visto, suelen nacer con unas uñas en plan elhermanodeLobezno y pueden arañarse la carita, por lo que las manoplas son ideales para estos casos.
* Un pijamita o dos.
* Un arrullo o mantita suave.
* Un pequeño neceser. Que no sé si llegaré a utilizar pero en el que hay que incluir: un cepillito, una pomadita para el culito, una tijerita para las uñacas. Si os dais cuenta, todo lo enumero en diminutivo porque los accesorios son en tamaño mini, es decir, una monada.
* Pañales
* Y la ropita con la que vaya a salir del hospital. (Ay, qué ganitas tengo)

Para la bolsa de la futura mamita, no debo olvidarme de:
* Braguitas desechables, o las braguitas más viejitas que tenga en casa y que no me den pena que se manchen.
* Un par de sujetadores de lactancia. 
* Discos de lactancia.
* Compresas postparto.
* Un camisón, una bata y unas zapatillas.
* Un abanico. Dicen que hace muchíiiisimo calor allí.
* Un cacao o vaselina para los labios.
* Agua, o muchas monedas para la máquina de botellas de agua. Hay que mantenerse hidratada.
* Un neceser con todo lo necesario para ducharse y acicalarse.
También me echaré unos calcetines, por si se me quedan los pies fríos.
Y poco más... No sé si se me olvida algo.

Desde aquí pido colaboración a mis conocidas mamis, por si se me olvida algo o por si es una burrada todo lo que llevo, jeje. ¿Qué llevásteis vosotras?

Eso es lo más necesario y de sentido común, según nuestra matrona, pero no sabemos por qué, en la última clase nos contó que en el hospital te facilitan de todo, desde el camisón y las compresas, hasta el cepillo de dientes y el champú. ¿En qué quedamos?
En fin, que yo llevaré lo mío, y si no lo utilizo finalmente, pues no será porque se me haya olvidado, que yo soy muy dada a eso y luego me da mucha rabia. Y siempre puedo llamar a la familia y decir:  
Eh, si vas a venir, tráeme...

Además, dejaré preparada otra bolsa con ropa "de calle" amplia y cómoda, para cuando vaya a salir del hospital, aunque esa la dejaré en el coche.

Y también le haré una al padre, por supuesto, por que con lo nervioso que se pone y el calor que hará allí, tendrá que cambiarse de camiseta al menos un par de veces.

Ya véis... Más que un ingreso hospitalario parecerá que vamos a pasar unos días de vacaciones, aunque en este caso, tendremos las mejores vistas en el interior de la habitación ;)

Visita guiada a maternidad

   Esta mañana hemos asistido a nuestra quinta clase prenatal y tras hacer un repaso de los días anteriores, hemos cogido el coche dirección al hospital para realizar la visita guiada a maternidad. 
Ha sido una visita muy interesante. Nada más entrar hay una sala de espera para familiares y una recepción donde te tomarán los datos. También, una sala con monitores llamada Sala de Registro, para controlar el tiempo entre contracciones y determinar si ya estás de parto o no.
Si lo estás, te llevarán a la Sala de Dilatación, donde comenzaría el calvario. 
Según la matrona, lo normal es hacer todo en la misma habitación para mover a la paciente lo menos posible, pero también pueden derivarte al paritorio.

   No hemos podido entrar a ninguno de los dos paritorios disponibles en maternidad. Por lo visto, una mamá acababa de dar a luz en uno y en el otro acababan de empezar con otro parto. La matrona nos ha contado que no es muy normal que se den este tipo de coincidencias. Pero hoy no había nada imposible.
Por eso, ha preferido enseñarnos un paritorio "provisional" que es donde normalmente hacen la prueba del PH al bebé, y ha sido de lo más impactante.
Era una sala cuadrada, oscura y con un arsenal de instrumentos quirúrjicos y electrónicos. En el centro de la sala, una camilla con el respaldo ancho y un poco inclinado, con las típicas sujecciones metálicas para las piernas. una a cada lado. Es como si estuviéramos en un decorado ambientado en una sala de partos de una base militar nazi. ¡Horror! 
Las otras futuras mamis y yo hemos coincidido al final de la visita que ha sido la peor imagen de la mañana y hemos rezado para que no nos tengan que intervenir ahí en el caso de que los otros dos paritorios estuvieran ocupados como ha ocurrido hoy. ¡Anda, que si nos ponemos de parto en ese momento!

  Aunque todo se pasa, incluso ese tipo de imágenes desaparecen cuando tienes frente a ti la imagen más maravillosa del mundo. Y hoy también hemos podido tener una visión más agradable que la del paritorio del horror: un papá a solas con su bebé recién nacido en brazos en una pequeña habitación donde seguramente, aguardaba la llegada de su mami, que la estarían curando tras el parto. Un papá, que tan sólo con su cara iluminaba la habitación, mirando a su hijito (o hijita) que estaba envuelto en una manta, con su gorrito puesto, presumido por ser la cosita más pequeña del mundo en ese instante y la más grande a la vez. 
Definitivamente, ha sido lo mejor de la visita.

   De ahí, Dani y yo hemos vuelto al barrio, al centro de salud, porque teníamos cita con la matrona, ya que, no sé si recordaréis, la última vez me dijo que estaba engordando mucho y que controlara más lo que comía; que me citaba de nuevo para observar cuánto peso cogía en 2 semanas. Aunque finalmente han sido 3 semanas, porque el viernes pasado fue fiesta nacional y no daban citas. 
Hemos vuelto a oir el corazoncito que latía fuerte como siempre y me ha llevado directa a la báscula. Y cuál ha sido su sorpresa (y alegría, todo hay que decirlo) cuando ha visto que sólo he cogido medio kilo en 21 días, (y eso que me estaba haciendo pis). Yo no cabía en mí de orgullo.
Si ya se lo decía yo: septiembre y las vacaciones han sido mi perdición. Ahora que vuelvo a una rutina, que tengo más cosas que hacer y menos tiempo para comer, que me muevo más, que voy a natación y camino mucho, y que ya no como tantas chuches, mi peso se equilibra porque lo que como, lo quemo y ya no se convierte en un quebradero de cabeza... 

   Y, pues eso... que yo contentísima. He salido de la consulta riendo y sonriendo con el futuro papito, y en mi cabeza ya no estaban ni el paritorio del horror, ni el recién nacido en brazos de su padre. Sólo había sitio para el sonido de los latidos del corazoncito de Daniel.

Clases prenatales (IV)

En la última clase prenatal se debatió mucho el tema de la anestesia epidural.
Para empezar, no es realmente una anestesia, es una analgesia. Es decir, calma o elimina el dolor pero permite tener sensibilidad y conciencia, algo que no es posible con la anestesia.
A estas clases asisten también madres que están embarazadas de su segundo hijo y, como podéis imaginaros, las opiniones son de lo más diversas, pero cada vez son más las que eligen un parto sin medicación.

Después de escuchar tantas experiencias positivas y negativas, creo que lo tengo bastante claro, aunque nunca se puede decir "de este agua no beberé", porque todo depende de cómo se desarrolle el parto y de la atención médica.
No entra dentro de mi "plan de nacimiento" pedir la epidural. Es mi primera experiencia maternal y me gustaría saber qué se siente y hasta dónde alcanza mi nivel de dolor. Quiero conocerme en este aspecto y creo que estoy preparada mentalmente para eso. Puede que cuando esté en dilatación podáis escuchar mis gritos de auxilio desde vuestras casas... o puede que no... No tengo miedo al dolor. Me da más miedo que me introduzcan una aguja en la espalda entre dos vértebras lumbares cuya dosis no me garantiza que pueda sentir las contracciones ni que la dilatación sea rápida. Me da más miedo que me baje la tensión y no llegue sangre a la placenta y ponga en peligro a mi bebé. Me da miedo no saber cómo realizar los pujos si no llego a sentir nada y se requiera cierto instrumental como fórceps o ventosas para sacar a Daniel, o que finalmente tengan que practicarme la cesárea.

Que sí, que no pasa nada. Que lo importante es que el niño salga bien y si hay que realizar un parto instrumental pues se hace. Pero primero quiero saber de qué soy capaz por mis propios medios. No pretendo ser una superwoman. No soy más madre que nadie, ni más valiente que nadie, ni más madura que nadie, pero mientras todo lleve un proceso natural y el parto acabe cuanto antes para poder ver la carita de mi hijo, no me importa sentir dolor.... hasta que comience a importarme.

¿Quién dijo descanso?

   ¡Vaya días llevamos! Desde que llegamos de la playa, ha sido un no parar. Y es que queremos tener todo listo para cuando Daniel llegue a nuestras vidas.

   Lo primero que hicimos fue patearnos tiendas de carritos y cunas. ¡En algún sitio tendremos que transportar al bebé y dormirle, digo yo! Tardamos como una semana en elegir un modelo que nos gustara, y no solo eso, sino que cuando no tienes ni idea de qué tipo artículos vas a comprar, ya que es nuestro primer hijo y no estamos acostumbrados a estas cosas, tienes que informarte muy bien, comparar y tener las ideas muy claras. No es de extrañar que te asalten las dudas y comiences a preguntarte si lo que has elegido será bueno para tu bebé o no; es inevitable, pero teniendo cerca personas que te asesoran, todo es más fácil.

   Otra de las cosas que hay que preparar es la ropita para Daniel. Aún no hemos comprado nada de ropa y lo que ya tenemos han sido todo regalitos de familia y amigos: bodies, pijamitas, patucos, camisetas. Creo que en tema ropa va a estar bien surtidito, pero eso no va a evitar que vayamos a comprarle lo que más nos guste. De momento, ya estoy haciendo hueco en los armarios. He cambiado la ropa de temporada y he dejado lo que me vale, porque con esta tripa, hay jerseys que no ceden todo lo que quisiera, así que en Enero, si Dios quiere, ya veremos qué recupero. 
Como ya sabéis, estamos aún en el piso de alquiler y a finales de Diciembre puede que tengamos las llaves del piso nuevo. Aunque coincida todo con la fecha del parto, la verdad es que estamos ilusionadísimos con la idea de que Daniel pueda tener su habitación lo antes posible. En nuestro piso actual, la falta de espacio se va notando más cada día.

   Esto es un no parar. Incluso nos hemos apuntado a natación. Yo, por recomendación de la tocóloga y la matrona, y Dani, porque quiere mantenerse en forma y perder algún kilito del verano.
El día que llego a casa de natación, tengo más energía que nunca. Es muy recomendable durante y después del embarazo. Durante el embarazo, porque mueves todo el cuerpo y puedes hacer ejercicios que normalmente la tripota te limita a hacer, y después de nacer tu bebé, porque ayuda a tonificar los músculos y a recuperar un poco tu silueta. Luego vendrá la matronatación, pero el alumno pasará a ser Daniel, y de eso ya hablaremos más adelante.

   El otro día, Dani y yo nos reíamos hablando sobre lo poco que falta para que nazca y que cuando eso ocurra, ya no seremos dos. Seremos TRES. Es una persona que, de repente, llegará a nuestras vidas y no precisamente de visita, o a pasar unos días en casa. Va quedarse con nosotros y no volveremos a estar solos. Daniel estará a nuestro lado. Si Dani trabaja de noche, yo ya no estaré sola en casa. Ya no. Él dependerá de nosotros para sobrevivir y nosotros dependeremos de él para vivir.
Y aunque ya estamos agotados y esto acaba de empezar, son las ganas y la ilusión lo que evita que flojeemos. Madre mía, con lo perezosos que somos para algunas cosas, ahora tendríais que vernos por un agujerito. 
Es divertido hablarlo, es emocionante pensarlo, y definitivamente, es lo mejor que hemos hecho.


Ecografía 4D... ¡ahora sí!

   El día 4 fue mi primer día de baja laboral. Ya os he dicho que estaba un poquito de bajón pero este día teníamos una cita importante en una clínica de Madrid: la ecografía 4D.

   Estábamos citados para las 14:00h y decidimos salir prontito de casa para no llegar tarde. En la cita anterior, llegamos con una hora y pico de retraso debido a un atasco monumental que se organizó gracias a la lluvia. Áquel no fue nuestro día, pero estábamos convencidos de que Daniel se dejaría ver bien esta vez.

   Cuando llegamos nos atendió un chico que tendría aproximadamente nuestra edad. Nos llevó a una de las salas y nos preguntó qué había pasado la última vez. Con un "vamos a ver qué tal se porta hoy" y yo tumbada en la camilla, encendió el monitor que tenía a mi derecha y fue entonces cuando le vimos: el bebé más guapo del mundo, ya formadito, con sus ojitos, su naricita, su boquita, sus manitas...
No podemos mostraros la grabación de Daniel bostezando, sonriendo y tocándose la frente, pero sí tenemos alguna imagen que queremos enseñaros para que os hagáis una idea de lo emocionante que fue verle.




   Todo el mundo que ha visto esta foto dice que se parece a Dani y aunque creáis que el futuro papito ha engordado por comer mucho este verano, tenéis que saber que también influye el hecho de que le digan ese tipo de cosas. Y yo, encantadísima. Si sale la mitad de guapo que su padre, me conformo. 



  

Baja laboral por riesgo en el embarazo

   El día 4 de Octubre me dieron la baja laboral por riesgo en el embarazo.
Me incorporé al trabajo el día 2 y ese mismo día me llamaron para comunicarme que desde el día 4 ya no tendría que ir a trabajar.

   Cuando llegué de vacaciones me informé acerca de lo que tenía que hacer para pedir este tipo de baja. No pensaba que me la darían tan pronto pero en mi empresa suelen darla a partir de la semana 29 de gestación y yo ya estaba de 27 cuando la tramité.

   Me facilitaron toda la información y la documentación que debía rellenar para entregarla en la Mutua y fue bastante sencillo. En la Mutua me pidieron, además de todos mis datos personales, fotocopia del DNI, etc. un informe que debía firmar el médico sobre el estado de mi embarazo, y otro informe que debía firmar la empresa donde se reflejara una relación de las labores que desempeño en mi puesto de trabajo. En dos días tenía los dos informes, y dos días después me daban la baja.

   Podéis llamarme tonta, pero no sabéis la pena que me dio salir del trabajo al final de la jornada y saber que no volveré allí, si todo va bien, hasta dentro de unos 7 meses, más o menos. Me siento como si le estuviera "echando morro" a la situación. Pero bueno, hoy ya he dejado de pensarlo. Tiempo no nos sobra y tengo muchas cosas que hacer y preparar. Y si me la han concedido será por algo.

   Y además, lo primero es nuestro hijo.

Clases prenatales (II y III)

Como llevo un poco de retraso en esto de actualizar el blog, voy a hablaros de lo más destacado en las clases prenatales que llevamos por el momento.

De todas formas, en todas se hace un repaso de lo que hemos visto antes y a veces son tantas las dudas y los debates que se crean en clase que el tiempo no da para muchas cosas nuevas. Y bueno, mi memoria, que últimamente no da para mucho, no es muy fiable, por lo que algo se me olvidará seguro. Menos mal que Dani también asiste conmigo y podemos hacer juntos esta entrada generalizada de las clases aunque habrá asuntos que nos parecen interesantes y nos gustaría tratar más en profundidad en entradas sucesivas.


- Tipos de parto: El parto natural y la cesárea.
Nuestra matrona es partidaria de un parto "lo más natural posible". No está a favor ni de la epidural ni de la intervención médica y asegura que cuanto más mayor es y más partos asiste más convencida está de esta idea. Pero claro, los partos pueden traer complicaciones y son los profesionales los que deben tomar la decisión final. Aún así, la madre debe estar informada sobre todo lo que conlleva cualquier tipo de intervención que pueda llevarse a cabo durante el parto, y aunque ella tenga claro lo que quiere, estar abierta a otras posibilidades siempre por el bien de ella y del bebé. Lógico. Aunque nos metan el miedo en el cuerpo, no estamos exentas de que las cosas no vayan a salir todo lo bien que queremos.

- Cuidados de la vagina antes y después del parto. Aconsejan el aceite de rosa de mosqueta que podemos aplicarnos en la entrada de la vagina desde la semana 34, durante tres semanas, para facilitar la dilatación y evitar la episiotomía (el dichoso corte que nos hacen "ahí abajo" si el bebé no tiene suficiente espacio para salir).
Después del parto, esa zona es tratada mediante puntos quirúrgicos y lleva un preciso cuidado. La matrona recomienda lavar la zona con agua y jabón (si es Lagarto, mejor) y secarla con secador, para evitar que la zona permanezca mojada allá donde no llegue la toalla y produzca infección.

- Los pujos: cómo empujar. Aunque esto es más práctica que otra cosa... Creo que cuando estás en el momento y tienes que empujar, lo haces sí o sí. Es más dificil saber cómo no empujar. Hay veces que la persona o personas que asisten al parto te dicen que no empujes y para eso, lo recomendable es jadear. En cuanto a la respiración de las contracciones, debes inflar la barrigota respirando por la nariz y mantener el aire mientras empujas y echas el aire por la boca despacio.

Podría extenderme más en cada uno de los asuntos pero no quiero ser muy pesada. Si tenéis preguntas, podéis formularlas y en la medida de lo posible os responderé. Pero tenéis que entender que aún no he pasado por todo esto, que todas estas cositas son informativas y que, sobre todo las chicas, cuando llegue vuestro momento obtendréis más información de la que yo pueda facilitaros. 
A mis amigas y familiares mujeres que ya han sido mamás, os animo a compartir vuestras experiencias. A mi me vendrá de perlas, jeje...