Su primer regalito

   No somos partidarios de comprar cosas al bebé si aún desconocemos si será niño o niña. Tampoco de que nos regalen nada... todavía... Pero tenemos que reconocer que hubo un regalito que nos hizo mucha ilusión y que siempre tenemos a la vista en una estantería. Cada vez que pasamos por delante, lo miramos, ponemos la cara del gato de Shrek y es ahí cuando la imaginación comienza a hacer de las suyas.
En cuanto os ponga la foto sabréis por qué nos pasa eso...

  Es un regalito unisex; no hace falta saber el sexo para tener uno de éstos. Porque tanto si es niño o niña, los llevará con mucho orgullo, ya que además de ser el primer regalito de sus titos, Antonio y Fátima, el bordadito, colegas... ¡¡¡ES LA CAÑA!!!

   Opinen ustedes mismos:

¡¡¡Va a ser un bebé-crack del basket!!!


... muchas gracias, chicos ;) 

La matrona

   Como ya sabréis, a todas las mujeres embarazadas le asignan una matrona para que lleve la evolución del embarazo hasta el final.
Estos seguimientos son mensuales (además de tu cita con el ginecólogo) y en cada sesión suele darte consejos sobre higiene, hábitos alimenticios y solventar cualquier duda que pueda surgirte.
También es la persona que impartirá las clases prenatales y de lactancia sirviéndote de apoyo tanto antes como después del gran momento.

   Como toda madre primeriza, tengo ilusión por asistir a estas clases, relacionarme con otras mujeres que están pasando por lo mismo que yo y aprender pequeñas trucos y técnicas que puedan ayudarme a relajarme en el parto, aunque algunas chicas que conozco y que ya han pasado por esto, me han comentado que tampoco sirven de mucho ya que es imposible relajarse cuando algo del tamaño de un melón está saliendo por un huequecito del tamaño de una naranja...
Bueno, aún así, me apetece mucho vivir esas experiencias porque todo lo que haga que sea bueno para mí, será bueno para mi bebé, y eso es lo que más me importa.

   Dos días después de la primera ecografía, teníamos cita con la matrona. Yo ya la conocía porque es la matrona de mi centro de salud y la que se encarga de hacer las citologías que todas de jovencitas nos hacemos cuando visitamos por primera vez al ginecólogo.
Estaba citada a las 10 de la mañana y llegué a las 10.05 porque había tenido que ir a entregar unos análisis al hospital. Su recibimiento no fue del todo correcto ya que lo primero que dijo fue:

- Llegáis tarde.

La explicamos que habíamos tenido que ir primero al hospital y entonces, la cambió la cara... Si es que no se puede juzgar antes de tiempo... Pero Dani ya comenzaba a tener su propia opinión de ella. Esta matrona siempre ha tenido fama de ser un poco rara. Es como Phoebe, de mi amada serie Friends, pero con 30 ó 40 años más y más mala leche.
Nos hizo unas cuantas preguntas tipo: si he tenido naúseas, si cuido mi alimentación, si fumo, si bebo, si hay alguna enfermedad en mi familia o en la de Dani... vamos, cosas que ya me había preguntado la ginecóloga dos días antes y que estaban incluidas en mi historial. Espero que en las próximas citas, la cosa vaya a mejor y pueda contaros algo más...
Aunque, como anécdota, os contaré que hubo un momento en el que ella estaba tecleando algo en el ordenador y nosotros permanecíamos en silencio cuando, de repente, nos dice:

- Si tenéis alguna pregunta... - Y siguió tecleando. Nos vuelve a mirar y suelta:
- El sexo podéis practicarlo con normalidad y además, es muy bueno.

Cuando salimos de la consulta, a eso de las 10.20, Dani no hacía más que repetirme que no le gustaba esta matrona, pero a mí me había entrado la risa floja... ¿Acaso pensaría que lo que más me interesaba saber en ese momento era saber si podría practicar sexo con normalidad?

Además, que ya lo hicimos una vez... y miradnos ahora... ;)


La primera ecografía

   Para una mujer, la experiencia de concebir a un hijo es la más bonita y gratificante del mundo. Al menos para mí.  Me siento tan feliz...
El 29 de Mayo fue nuestra primera cita con la ginecóloga. Os puedo asegurar que desde que nos enteramos hasta ese día, fueron los 10 días más largos de mi vida.
Sentí miedo. No hacía más que pensar que quizá todo había sido un error, o que habría embrión pero no había llegado a desarrollarse. Siempre me pongo en lo peor.

   La ginecóloga nos hizo pasar a la consulta no mucho después de la hora a la que nos habían citado. No llevaban mucho retraso. Comenzó a hacernos preguntas acerca de si había o había habido enfermedades importantes en nuestras familias. Me pesó y me tomó la tensión. Me tumbé en la camilla y me hizo una ecografía vaginal.
Miré a mi izquierda y ví a Dani mirando fijamente a una pantallita situada a mi derecha. De repente, oimos el sonido más maravilloso del mundo acompañando a la siguiente imagen:

Os presentamos a nuestro bebé


Yo no dejaba de mirar a la ginecóloga. Sabía que su cara podría indicar si todo iba bien o no. Nunca olvidaré sus palabras:

- Pues ahí lo tenéis... Ahí está. Se ve muy bien.

Y sonrió. Eso me tranquilizo muchísimo. Me confirmo que estaba de 10 semanas.
Lo que oíamos eran los latidos de nuestro hijito/a. Por mi mejilla comenzó a resbalar una lágrima y no podía dejar de sonreír. Dani, que nunca llora por nada (excepto cuando murió Terminator en la segunda parte de la saga), tenía los ojos muy brillantes y su barbilla temblaba un poco.
Fue el momento más emocionante de nuestras vidas y salimos de allí deseando volver a la siguiente ecografía, la ecografía del primer trimestre y sabiendo que, si había suerte, quizá podríamos ponerle un nombre a nuestro bebé.
De camino a casa, el whatsapp echaba humo...

Los que faltaban...

   Aún no se lo habíamos contado a mis hermanos. Sabíamos que los veríamos esa misma tarde y yo no quería darles la noticia por teléfono. Así que fuimos al trabajo de mi hermana Desirée y luego quedamos con Antonio y Fátima para tomar algo.
Creo que cuando das una noticia así, la primera impresión es quedarte en shock. Por ejemplo, Desi se abrazó a nosotros durante un rato, pero Antonio y Fátima se nos quedaron mirando hasta que reaccionaron y dijeron:

- Coño, que voy a ser tito.
- Y yo tita.

Supongo que fue ahí cuando comenzaron a asimilarlo.

El resto de mi familia se enteró en la comunión de mi primo/ahijado. Quería que mi abuela fuera la primera en saberlo. Se puso super contenta, y se abrazó a Pili tanto que la tuve que decir: - Abuela, dame un beso a mí también.
Me encantó verla así, sobre todo porque tiene 10 hijos, veintitantos nietos, y algunos bisnietos. Y aún así se sigue emocionando con cada bebé que llega a la familia como si fuera el primero.


Una vez que lo supieron todos, faltaba contárselo a los de Calafell. Teníamos tantas ganas que pusimos el manos libres en el coche de camino al restaurante.
Marcamos el móvil de Juani y ¿cómo no? estaba en el mercadillo comprando fruta. Eusebio esperaba en el coche. Cuando la dijimos: - Te llamamos para contarte una cosa, - no hizo falta decir más: - Me vais a hacer abuela. - Comenzó a reírse y pensamos: Seguro que se lo ha dicho Paco.  Pero nos aseguró que no sabía nada.
Los siguientes fueron Yolanda y Juan. Ellos también iban conduciendo y con el manos libres. Y no podemos expresar muy bien lo que dijeron pero fue algo así:

-Uuuuuuuuuuuuuuuuhuuuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!! (leáse en tono festivo)

Creemos que se alegraron muchísimo... jeje!

Y por último, Sara y Albert. Ellos estaban en casa pero les hicimos poner el manos libres. Sara no nos dejó hablar:

- ¿Os vais a casar?
- No... es...
- ¿Estás embarazada?
- Síiii.

Y ya podeís imaginaros... Un día lleno de emoción y alegría para todos.


DANI

El dilema

¿Qué os gustan más, los niños o las niñas?
A mí me gustan más los niños. Me parecen más nobles y más mimosos que las niñas. Pero últimamente, cuando pienso que podría tener una niña y comprarle vestiditos y hacerle coletitas y esas cosas, me derrito, o como diría Dani: ¡Se me caen los hue*** al suelo!

Y si encima añadimos que estamos como locos con Itzíar, la hija de Sergio y Rosa, y con Ainize, la hija de Ana, pues cada vez me gustaría más tener una niña.
Dani, sin embargo, dice que a él  le da igual pero en el fondo sé que su alegría sería tener un niño con el que disfrutar de cosas de niños. Normal, él es como un niño grande...

Y a vosotros, ¿qué os gusta más? ¿Los cabezones o las princesitas?

Abuelos (también) primerizos

¡Hola a todos/as!
En primer lugar quería agradeceros que dediquéis algo de tiempo a leer nuestro blog. Particularmente, me está costando un poco el hecho de expresar con palabras lo que siento (va en los genes), por lo que os pido disculpas de antemano si algo no está muy bien contado o no se entiende del todo. Pili ya me está diciendo que revisará mis escritos antes de publicarlos. De hecho ya lo está haciendo mientras escribo.
Espero ser mejor padre que escritor, jeje.

Voy a contaros el día que se lo dijimos a mis padres:
Desde que salimos de casa de la madre de Pili y nos montamos en el coche, estuve dándole vueltas a cómo iba a darles la noticia. Os puedo asegurar que en los 10 minutos que tardamos en llegar a Leganés Norte, pensé unas 4 ó 5 maneras de comenzar a hablar de ello.
Llegamos a casa y cuando estábamos en el salón los cuatro, mi madre ni siquiera quiso sentarse. Los dos nos miraban fijamente, esperando a que dijéramos algo de una vez.
Finalmente, ninguno de los mini-monólogos que me había estado preparando en el coche sirvieron de ayuda. A veces lo sencillo es lo más bonito:

- Venimos del médico y... nada... que Pili está embarazada.

Obtuve de mi madre la reacción que esperaba. Al igual que Pili, me fijé más en la reacción de mi padre y como siempre, no dijo mucho, pero su sonrisa cada vez era más amplia y enseguida comenzó a hacer bromas.

- Lo peor de todo es que ahora voy a tener que dormir con una abuela.

Estaban contentísimos.
Creo que seremos unos papitos geniales, pero mis padres serán los mejores abuelos del mundo.

Dani

¡Qué importante es la familia!

   Mi hermano Mario se volvió loco de alegría. Llamé a mis otros dos hermanos, Ángel y Fidel, y los dos compartieron su emoción conmigo. Su hermana pequeña va a ser mamá.
   ¡Qué sentimientos tan bonitos experimentas cuando das buenas noticias a la familia!

   Pero la cosa no se iba a quedar ahí: aún faltaba la familia de Dani.
Dani tenía unas ganas tremendas de ir a casa de sus padres, pero mis ganas no eran menos. Sabía que Beni, su madre, iba a dar saltos de alegría ya que desde incluso antes de la boda de Antonio y Fátima, ya nos había estado insistiendo a las dos, en varias ocasiones, con lo de ¿cuándo me vais a hacer abuela?. Fátima y yo siempre nos mirábamos reticentes, como queriendo pasar a la otra la responsalibidad de la respuesta a esa "comprometida" pregunta. La pelota estaba ahora en mi tejado...
Pero lo que más deseaba era decírselo a Paco, el padre de Dani. No me preguntéis por qué, pero el hecho de que se convierta en abuelito me parece entrañable, y como nunca es muy expresivo a la hora de sacar sus emociones, supongo que esa incógnita es la que me proporcionaba más ganas aún de llegar cuanto antes a Leganés Norte.
Paco acababa de llegar a casa con un compañero de trabajo y estaban mirando algo de las conexiones de la televisión. Dani le había llamado antes para decirle que íbamos de camino y que tenía que contarle "algo".
Ahí comenzaron las hipótesis típicas de los padres: ¿Qué les pasará? ¿Estarán bien? ¿Tendrán algún problema en el trabajo? ¿Con el coche? ¿Necesitarán dinero?
Imaginaos nuestras caras cuando Beni nos preguntó si necesitábamos dinero. Y es que los niños siempre vienen con un pan debajo del brazo...

   Pues bien. Cuando el compañero se fue un momento a mirar algo en el ordenador, nos quedamos los cuatro en el salón y... ¡UN MOMENTO!  Mejor que sea Dani  quien os cuente el resto en una próxima entrada.


¡¡Tenemos que decírselo ya!!

   Era tal la eurofia minutos después de darme la panzada a llorar, que le dije a Dani que quería decírselo a nuestras familias esa misma tarde.
   Lo primero que hice fue ir a casa de mi madre. Cuando me abrió la puerta se asustó, ya que no me esperaba tan temprano. Con la excusa de felicitar a mi hermano, pareció calmarse, hasta que entramos al salón y me miró a los ojos.
No sé si os ha pasado alguna vez con vuestras madres; quizá os pase más a vosotras, chicas, pero la mía sabe lo que me pasa con solo mirarme a los ojos. Es más, cuando vivía con ella y llegaba de trabajar, según fuera el sonido que hiciera la puerta al cerrarla, sabía exactamente cómo me sentía. Increíble.

- ¿Qué te pasa? ¿Has estado llorando?
Pobre, estaba más nerviosa que yo. Y fue entonces cuando se lo dije:
- Mamá (comenzando a llorar), estoy embarazada.

Uff... aún se me ponen los pelos de punta cuando me acuerdo de ese momento. Mi madre es la persona más importante de mi vida y no sabía cómo le iba a sentar la noticia. Hombre, mal no se lo iba a tomar, pero si tenía cierto temor a algún comentario tipo: ¿sin estar casados?
Tengo que decir que mi madre es de otra generación y no le gustó nada que me fuera a vivir... perdón, a vivirenpecado con Dani. Pero Madre no hay más que una y me apoyó muchísimo y de hecho, me sigue apoyando en todo, algo que volvió a demostrarme esa tarde abrazándome tan fuerte como nunca lo había hecho.
Ya no había dudas: ¡Era el mejor momento!

Desde el principio

No sé muy bien como empezar, por lo que os pondré un poco en situación para que os familiaricéis con nuestra historia. No sufráis, será rápido.

   Dani y yo llevamos viviendo juntos casi dos años.
El año pasado asistimos a varias bodas, entre ellas, la de Antonio, el hermano de Dani.
Con tanto preparativo y tanta emoción vividos de cerca, comienzas a darle vueltas a cómo sería tu gran día, cómo lo organizarías, o cuándo sería el mejor momento. Pero lo que más nos interesaba ahora era planificar nuestro mes de vacaciones bien merecido y comenzar a mirar cositas para nuestro nuevo piso, el cual nos darán a principios de 2013.
Ya lo véis, a corto plazo tampoco es que te dé tiempo a planear desmasiado y mucho menos nosotros, que nos consideramos las personas más sencillas del mundo.
Pues bien, en esta vida es mejor no hacer planes, porque puede llegar el día, la hora, el minuto o el segundo en que todo cambie para siempre y todo tu esquema se tenga que guardar en un rincón de tu pensamiento durante una temporadita, ya que a partir de ese día, hora, minuto o segundo tendrás cosas más importantes de las que ocuparte. Habrá vacaciones pero más relajadas, habrá piso en 2013, que todavia no hemos llegao, y habrá boda, pero primero tiene que pedírme que me case con él y luego, además, tengo que decirle que sí...


Al grano...

   El día 18 de Mayo fue el cumpleaños de mi hermano Mario. En mi familia, el 18 de Mayo es un día muy peculiar, siempre pasan cosas, pero lo que nunca pensé es que yo sería protagonista de alguna de ellas... Le felicité por la mañana con un mensaje, pero quería ir a verle por la tarde después de mi cita con el médico.
Días antes había solicitado unos análisis, pues tenía una falta, camino de dos. La cita era a las 17.00 pero como estaba tan nerviosa por saber qué pasaba, llegué a las 16.00 que es la hora a la que abren la consulta. No había nadie. Era la primera paciente y entré. Dani, mientras tanto, estaba aparcando el coche. Mi pulso se aceleraba cada vez más mientras la doctora tecleaba mi nombre en el ordenador para ver mi historial. De repente, dijo: - Es positivo.
Me imprimió la hoja de los resultados y subrayó con su pluma estilográfica de nuevo diseño la palabra positivo dos veces, creo que por mi cara de incredulidad. En ese momento, entró Dani en la consulta. Se sentó a mi lado y me hizo un gesto de ¿qué pasa? Le dí la hoja y pude ver cómo sus ojos se abrían como platos. Nos quedamos callados, mirándonos, con una ligera sonrisa en los labios y con un sentimiento de miedo mezclado con ansiedad, al menos en mi caso.
Cuando salimos del centro de salud fue inevitable: me puse a llorar como una magdalena. No me lo esperaba, creía que no era el mejor momento, tenía otros planes en mente, me preguntaba una y otra vez si estaba preparada; nuestras vidas cambiaban de un plumazo, o de dos. Pero gracias a la templanza de Dani reaccioné y las lágrimas de una chica perdida y asustada se convirtieron en lágrimas de alegría. ¡Es positivo!
Vivimos juntos, estamos bien y tenemos un proyecto en común: formar una familia. ¿Qué más da si nada sigue el orden que esperabas? ¿Y si cuando lo deseas, no llega? Es mejor no pensar.
Y así es:  ¡Voy a ser mamá! ¡Vamos a ser papitos!



CONTINUARÁ...

Bienvenidos

Este blog es para compartir con todos aquellos que nos conocen esta nueva y maravillosa situación que estamos viviendo. Dani y yo queremos agradeceros toda la ilusión y el apoyo que nos hacéis llegar cada día y esperamos no ser muy pesados durante estos meses, pero entendédlo: es lo mejor que nos ha podido ocurrir desde que nos conocimos hace ya 4 años.

Sed todos bienvenidos a nuestro pequeño espacio y por supuesto, podréis comentar y contar vuestras experiencias u opiniones siempre que queráis.

¡Un besazo a todos, y gracias de todo corazón!