Cerrado por vacaciones

   Lo dicho: nos vamos de vacaciones que este año nos lo merecemos muchísimo. Después de todo el veranito currando mientras los demás os tumbábais a la bartola en playas de aquí y allí, estos futuros papitos se van a tomar un descanso a partir de mañana (esta tarde toca hacer maletas). No os pongáis tristones que volveremos pronto contando nuestras experiencias playeras, nuestras primeras clases prenatales, reportajes 4D y muchas cosas más...


¡Queda claro, no?!





¡¡¡Besos a todos y a todas!!!

Papito

   Tras la frikada de la entrada anterior (últimamente se nos va mucho la pinza), quiero hablar del papel tan importante que adquiere la parte masculina de la pareja en esto del embarazo.
Una vez que comienzas a asimilar que estás viviendo una nueva situación de cambio en tu vida y que mes a mes va a más, no podéis imaginar la de cosas que se te pasan por la cabeza.

   Todo el mundo dice que ser padre es la parte más "divertida" de formar una familia. No tienen que sufrir con el parto, no tienen que llevar un bebé dentro y someterse a cambios en su cuerpo y en su metabolismo, no se estresan-agobian cuando llega el día D / hora H, y además, solo tienen que dedicarse a observar lo bonito que es su hijito cuando nace y cogerle de la manita o hacerle monerías, porque la mami ya se encarga de darle de comer, de bañarle, de cambiarle, etc, que para eso está de baja maternal y el papi, sin embargo, se va a currar y sigue con su rutina habitual.

Y yo, reivindico todo esto.

Es cierto que los padres tienen un papel menos traumático que la madre, pero no por eso es el papel más "divertido". Considero que el padre, una vez que su pareja está embarazada, pasa a un segundo plano y que todas las atenciones van dirigidas a ella y al bebé (lógico y normal), pero los padres también tienen su corazoncito. 
Un padre se pierde muchas cosas en cuanto a la conexión con su bebé. Un padre no puede llevar durante nueve meses a su hijito dentro y sentirlo como algo suyo. No siente cómo crece ese pedacito de uno mismo al que quieres tanto sin conocerlo todavía. No pueden ilusionarse de la misma manera porque como dicen las madres: hay que vivirlo para saberlo.

Aún así, un padre comparte. Quiero decir: comparte sensaciones, angustias, cambios, frustraciones, alegrías, visitas al médico, sueños, aspiraciones y anhelos, porque debe y QUIERE estar ahí. No desea otra cosa que vivir todo el proceso en la medida de lo posible, preocupándose por lo que está a punto de llegar y por lo que ya está aquí, es decir, la madre de sus hijos. A veces es díficil para él ver como tu pareja siente cosas, buenas o malas, y no poder hacer nada más que respirar hondo, sonreír y dar todo el apoyo que ella necesite en ese momento. Porque un padre no sabe, no entiende de qué va esto...
A una madre no le gusta pasar malos momentos, pero a un padre tampoco (y viceversa). Si hay que pasarlos, se pasan. Si experimentaran ellos la parte del embarazo y del parto, quizá no lo soportarían, pero ¿quién sabe? Eso aún no se ha demostrado. Lo que no soportan, y eso sí está demostrado, es ver a las personas que más quieren pasando un mal momento.
Y por supuesto que a un padre también le gusta disfrutar de sus hijos cuando nacen. De eso no hay ninguna duda. Darle de comer, bañarle, cambiarle, levantarte por la noche cuando llora... Todo eso, sí pueden hacerlo y tener que irse a currar para seguir su rutina habitual porque no disponen de tantos días de baja paternal como la madre, es injusto. Un padre se pierde cosas, quizá los momentos más bonitos, los comienzos, el aprender a criar, entender y conocer a tu bebé. Si no pueden experimentarlo desde el principio, para ellos existe otro principio que es cuando nace. A partir de ahí, un padre comienza a tomar protagonismo e independientemente de lo que piense todo el mundo del que hablaba al empezar a escribir esta entrada, para tomar ese protagonismo, un padre tiene que querer.

Y yo, QUIERO.

DANI

¡¡¡Extra, extra!!!

   Hace 5 meses y dos semanas, se concebía a un niño que iba a ser la delicia de sus papitos. Ellos, ajenos a la alegría que les iba a suscitar la noticia, dejaban pasar los días, encontrando el placer de la vida en otro tipo de sensaciones, sencillas y cotidianas, y no se imaginaban que todo eso cambiaría de la noche a la mañana, en un minuto, en un segundo... A mejor, por supuesto.
Ella, 30 años, mujer fuerte y decidida a la vez que insegura, siempre necesita contar con el apoyo de los suyos, pero una vez que lo tiene, nada la hace retroceder.
Él, 27, sensato, vivaz e impulsivo a la vez que testarudo, de ideas fijas; es el mayor apoyo para ella y él lo sabe, lo que le permite multiplicar su propia seguridad por infinito.

   Dos personas diferentes pero iguales, con un punto en común, el más importante de todos: UN NIÑO.
Un niño que hereda lo mejor de cada uno. Un niño que ha sabido penetrar todas las barreras, sin herramientas. Un niño, un varón, un machote, un superhéroe aún por definir... Pequeño Daniel, tus uniformes te esperan...


¡TÚ DECIDES!









En homenaje a sus titos Desirée, Antonio y Fátima.
Gracias.




Porque una imagen vale más que mil palabras...


No podéis imaginaros lo felices que estamos. Hoy 17 de Agosto de 2012, os presentamos a Daniel, nuestro hijo. Nos ha sorprendido mucho que nos hicieran una 4D en el hospital, pero ha sido el regalo más maravilloso del mundo.

Nervios

   Estoy como si fuera a pasar el examen más difícil de toda mi vida, y eso que solo tiene una pregunta... y yo no voy a ser quién la conteste... qué cosas...
   Según los sondeos, es decir, vuestros votos, va a ser una NIÑA. Saldremos de dudas en unas horas, o a lo mejor voy a tener que esperar a la ecografía 4D, que aún no tengo fecha pero que me gustaría hacerla en el mes de Octubre, cuando vuelva de mis merecidísimas vacaciones.
   Ale, os dejo con la "intringulis"...

Seguiremos informando...


¡Shhhhhhh!

   ¿Sabéis eso que se dice de que cuando te estás haciendo pis y alguien te hace el típico ruidito de "Shhhh" te entran más ganas de encontrar un baño lo antes posible? Pues por lo visto, es una técnica procedente de Taiwan que utilizaban (o siguen utilizando) para acostumbrar a los bebés de hasta 7 u 8 meses a realizar sus necesidades urinarias, mediante la asociación de ese ruidito con la acción de hacer pipí. 
   Pues bien, hace poco, mi compañera Rosa me dio a leer este artículo que había encontrado en internet. Es bastante curioso y os animo a que lo leáis.



   Sinceramente, pienso que es difícil y que se necesita tener mucho "tiempo de estudio" de tu bebé. Bastante tienen las mamis con saber cuándo llora y por qué lo hace, darles de comer, bañarlos, dormirlos, etc., como para tener que observar además, a qué hora hacen pis y cuánto tiempo tardan en hacerlo desde que han comido.

Oye, que todo es ponerse, que ya que estás tan pendiente de tu bebé cuando nacen, total, por una cosa más... y así te ahorrarás en pañales un dineral desde bien tempranito.


...Si alguien quiere regalarme un cronómetro...xD

  

Ilusión vs. Realidad

   Pues eso, que ayer teníamos tanta Ilusión por ir a la cita con la ginécologa y que hubiera una posibilidad de que nos dijera el sexo del bebé que finalmente... nuestro gozo en un pozo. Tendremos que esperar hasta el día 17 de Agosto. Ya de paso, os decimos la fecha por aquí para que contéis las horas con nosotros ;)

   Ayer me fui a trabajar como todos los días, pero como un día distinto a los demás. Sabía que sobre las 10.30 tenía que salir pitando para coger el cercanías y llegar a Zarzaquemada donde Dani me estaba esperando. Llegamos a la consulta con 10 minutos de antelación a nuestra cita pero iba bastante rápido y no tardamos mucho en entrar.
   Comenzó contándonos que los análisis y la citología estaban muy bien y que me recetaría un suplemento de hierro para que me lo tomara todos los días, hasta nuevo aviso (siempre he tenido el hierro un poco bajito).
Mi grupo sanguíneo es A+. Lo sabía de antes, pero no al 100%. Me tomó la tensión, 11/6, perfecta; y me pesó: 64 kilitos. He engordado 4 kilos y medio en los 5 primeros meses de embarazo. No está mal.
Cada vez que la doctora me daba un resultado, acababa la frase con un "Muy Bien", como en el cole. Así da gusto ir al médico.
Después escuchamos el corazón del bebé. Esta vez no nos dio tiempo a grabarlo, y para colmo, nos asustamos un poco al principio porque no se escuchaba nada. Pasó el aparatito por varias zonas de mi tripa y finalmente, pudimos escucharlo bien, fuerte y decidido, pero reconozco que esos cinco segundos que tardó en encontrarlo fueron los más largos de mi vida.


   Y esa es la Realidad: Todo va bien; nuestro bebé está sano y eso es lo que más nos importa, y yo estoy hecha un roble, ¡¡¡qué conste!!! :) Cada vez más tripuda, pero sanota, al fin y al cabo.


Aún así, no podemos dejar de ilusionarnos... 17, 17, 17, 17...